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Consideraciones en torno a la « Reunión de Cubanos residentes en el exterior contra el bloqueo y en defensa de la soberanía nacional»

Evelio Yero  

SAN JUAN, Puerto Rico, febrero, www.cubanet.org - Un repaso de algunos de los temas que brillaron por su ausencia durante la reciente Reunión de cubanos residentes en el exterior contra el bloqueo y en defensa de la soberanía nacional, celebrado en el Palacio de Convenciones de la capital cubana, el mes de enero último, reflejaría que dicho evento estuvo muy lejos de constituir un diálogo y que estuvo más próximo de la ilusión que busca promover el régimen, que de las circunstancias concretas y apremiantes que enfrentamos los cubanos de dentro y fuera de Cuba.  
 
En primer lugar, destaca el silencio en torno a la condición crítica por la que atraviesa el país tanto en lo político como en lo económico y social. Dicho silencio busca persuadirnos de la fantástica noción de que Cuba conforma una especie de “paraíso” material y espiritual donde la “dicha”, el “conocimiento” y la “bienaventuraza”, cualidades de la trinidad hindú, es disfrutada por todos los nacidos en dicha isla paradisíaca. Los participantes de este cónclave, por su parte, parecerían asentir con su silencio. ¿Querrán persuadirnos también de que Thomas Moore, imaginaba algo parecido a la situación cubana cuando escribió su Utopía?

En isla tan “armónica”, como nos la pintan, y donde ocurrió el  evento de marras no se  habló de presos políticos ni de tantas otras violaciones a la dignidad individual. Cuba es tal y como proclama el régimen  un espacio (y tiempo) “soberano” pero sólo a la manera de los feudos medievales. Desvinculada de la realidad; de la actualidad del mundo, y de un concepto elemental de derechos humanos, existe en un limbo histórico, dentro de sus propias reglas. Quienes determinan la latitud en que se vive son los integrantes “históricos” de un gobierno conformado por “revolucionarios” “ilustrados”, supuestos hijos de la “Ilustración” marxista.

Encajando la reunión de La Habana en el marco de sus presupuestos, el gobierno cubano puede una vez más presentar cual  evidencia de apertura el “diálogo concertado”  supuestamente ocurrido entre cubanos de dentro y de fuera de de la isla.  El “diálogo” es un ejemplo de “cultura”, dirán sus portaestandartes. Abel Prieto dirá no tener objeción a que Willie Chirino cante en Guanabacoa, o Albita  en Cacaragícara. Claro que las decisiones de  esta naturaleza escapan al “compañero” ministro de cultura de Cuba. ¡Están en manos de Otro!

Un verdadero diálogo entre los cubanos de dentro y los de fuera de la isla no ha podido desarrollarse en el marco de esta reunión habanera. El monólogo no es una forma del diálogo genuino y sincero.





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