: Cuba: Un fracaso anunciado
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Un fracaso anunciado

Adrián Leiva

MIAMI, Florida, mayo, (www.cubanet.org) -El gobierno de Cuba acaba de anunciar un nuevo programa de cortes en el suministro de electricidad al sector industrial y residencial. 

Según la nota publicada en la prensa, la falta de divisas impide adquirir  mayor cantidad de combustible para la generación eléctrica.  

Pero la realidad del sistema electro energético cubano es mucho más complicada que la simple falta de combustible.   

La Unión Soviética suministraba a Cuba, 13 millones de toneladas anuales de petróleo, de ellas casi cuatro millones de toneladas se destinaban a la generación eléctrica.  

Desde el año 1990, con la interrupción del subsidio soviético, la importación de petróleo se redujo a menos de seis millones anuales, produciéndose una crisis en la generación de electricidad que duro casi cinco años.  

Los quemadores para alimentar las calderas en las termoeléctricas comenzaron paulatinamente a consumir crudo nacional con un contenido de azufre que ronda el 18 por ciento, considerado un petróleo de mala calidad. 

Este combustible, con tan alto nivel de impureza, obliga a realizar un ciclo de mantenimiento más continuado, disminuyendo progresivamente la capacidad de generación en todo el sistema y requiriendo mayor tiempo fuera de servicio por mantenimiento de cada unidad generadora. 

Por otra parte la falta de piezas de repuesto y el envejecimiento tecnológico  del sistema electro energético nacional comenzó un retroceso que es en la actualidad la razón fundamental de la insuficiencia en esté importante renglón. 

Todo sistema nacional electro energético consta de cuatro partes fundamentales. Generación, transmisión, distribución y consumo.

El servicio eléctrico en Cuba llega al 98 % de la población. Por otra parte, la demanda en el sector industrial y de servicios, aunque mayor que la residencial, es en la actualidad inferior a la década del 80 debido a la disminución en los niveles de producción y servicios en todo el país. 

La capacidad de generación instalada actualmente ronda los 3200 MW, (sin contar los llamados grupos electrógenos que aportan unos 300 MW adicional,) mientras que la demanda en su horario pico es de unos 2600 MW.   

Teóricamente el sistema cuenta con una reserva de unos 600 MW (sin contar los grupos electrógenos) para cubrir roturas imprevistas y mantenimientos programados a las plantas generadoras.  

Las redes de transmisión y distribución, así como las subestaciones de transformadores, igualmente presentan desperfectos. Su deficiente estado técnico genera una pérdida de electricidad que ronda casi el 17 %, cuando el índice máximo internacionalmente permisible es de un 8 %. 

Cuba había planificado la construcción de dos centrales electro nucleares. La primera en la zona de Juraguá, en la sureña provincia de Cienfuegos, llegando su construcción civil hasta la base del primer reactor. La segunda planta, se preveía ubicarla al noreste de la provincia de Holguín. 

Ambos proyectos quedaron cancelados con la caída del ex bloque soviético. 
De haberse concretado, producirían la mitad de la generación eléctrica del país. Además de una planta hidráulica por caída artificial de agua, que se instaría en la zona del Escambray, la cual brindaría generación en las horas pico de consumo. 
 
En el año 2004 el sistema, tecnológicamente, toco fondo. La mayor unidad generadora de tecnología francesa (ubicada en Matanzas) con 300 MW salio de servicio por una rotura en el rotor, que debió ser reparado en el exterior. Las dos unidades japonesas de 250 MW ubicadas en el norte del oriente del país (Felton, Holguín) requerían mantenimiento programado y no era factible por razones de eficiencias dilatar su salida del sistema. La generación nacional de electricidad colapsó. 

Si bien la crisis en la generación eléctrica de principios de los 90 se debió a falta de divisas para adquirir combustible, la causa de la crisis actual es el deficiente estado técnico del sistema electro energético nacional. 

La crisis provocó la sustitución del ministro de la industria básica Marcos Portal al que le atribuyeron toda la responsabilidad. El entonces presidente cubano Fidel Castro diseño una estrategia energética nacional. Tal proyecto se basaba en la distribución de equipos eléctricos y bombillas con un consumo menor a toda la población así como la instalación de generadores móviles consumidores de diesel llamados grupos electrógenos. 

La instalación de estos grupos electrógenos obedece a dos factores: 1) El suministro de combustible subsidiado por parte de Venezuela y 2) El precio de estos equipos es menor que el de las unidades generadoras, cuyo valor en el mercado mundial es de alrededor de un millón de dólares por MW de capacidad de generación. Además los grupos electrógenos se pueden instalar en circuitos locales, en caso de catástrofe natural, o incorporarse al sistema nacional como refuerzo en los momentos de alta demanda.  

Por otra parte se destinaron algunos recursos financieros para sustituir redes en el sistema de transmisión y algunos transformadores en las subestaciones que llevaban más de treinta años en servicio. 

Realmente las escasas posibilidades económicas del país no permitían hacer las inversiones requeridas en todo el sistema para sustituir las viejas unidades de generación por plantas nuevas y más eficientes. La inversión requerida se calcula en más de 1500 millones de dólares

Evidentemente, la solución al problema de la generación eléctrica en Cuba requiere fuertes inversiones. Hacerla permitiría elevar la oferta eléctrica y posibilitaría el desarrollo industrial necesario para elevar la precaria economía nacional. Igualmente, se cubriría la demanda de las nuevas instalaciones hoteleras para el turismo internacional y el sector domestico. 

Sin duda alguna que la primera prioridad de inversión dentro de Cuba debe ser el sector eléctrico. De la capacidad de generación dependerá el futuro de las inversiones en la Isla y el éxito de la impostergable reforma económica. 

La llamada revolución energética, sólo es un paliativo ante la incapacidad financiera de acometer un proyectó real que saque al país de la crisis energética.  

Argumentar la falta de combustible, no resulta convincente para justificar la nueva crisis con los apagones que les esperan a los cubanos durante este verano.  Especialmente, si se tiene en cuenta que las plantas consumen crudo nacional cuya producción cubre la demanda total, incluyendo las unidades de ciclo combinados con gas natural instaladas en el norte del occidente de Cuba,

Lo obvio es que los apagones vuelven al panorama nacional y los cubanos tendrán que buscar abanicos para pasar las noches del caluroso verano tropical que ya está llegando.

 

 

 
 
 
 
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