Hipocresía de la izquierda

Gabriel Sandino

MANAGUA, Nicaragua, marzo, (www.cubanet.org)  -Los valores y sentimientos humanos no deberían estar condicionados por las ideologías o preferencias políticas.

En la guerra contra el terrorismo hemos visto la exitosa campaña de la izquierda internacional y los grupos defensores de Derechos Humanos para proteger a los involucrados en acciones que van en contra de la vida de miles de personas. La cárcel Abu Grahib fue cerrada, hemos visto como terroristas detenidos en Guantánamo han sido liberados, transferidos a sus países o enjuiciados en procesos con garantías para su defensa. Las visitas de representantes de organismos humanitarios les han sido permitidas.

En nuestro país Nicaragua, vimos como un Presidente, declarado amigo de las FARC, envió un avión de la fuerza aérea nicaragüense para que trasladara a tres mujeres involucradas con las guerrillas de las FARC que estaban recluidas en Ecuador, a las cuales les fue otorgado asilo. Actualmente estas mismas mujeres son reclamadas por la justicia ecuatoriana.

En estos momentos hay una campaña de la izquierda mundial para que el gobierno norteamericano libere a 5 agentes castristas que fueron encontrados culpables de ser miembros de una red de espionaje del gobierno cubano en suelo estadounidense. A estos espías convictos les fueron otorgados todos sus derechos legales y facilidades para su defensa y fue el mismo régimen cubano quien contrato a los abogados encargados de ésta.

Actualmente estos reclusos tienen todos los derechos y protección que otorgan las leyes americanas a los ciudadanos presos. Pero ahora estas cinco personas son consideradas héroes y victimas por la “izquierda globalizada” y por los “socialistas del siglo XXI”.

Ahora bien, cuando se trata de personas encarceladas injustamente, tras juicios sumarios, con condenas de oficio y mantenidas en condiciones carcelarias infrahumanas, por parte del gobierno cubano y otros gobiernos afines, estas personas, que son en realidad objetores de conciencia y periodistas que ejercen su derecho a la libre expresión, son llamados “lacayos del imperio” , “contrarrevolucionarios”, “diversionistas” , “agentes de potencias extranjeras” y todos los calificativos criminales que estas dictaduras y sus amigos de la izquierda internacional se inventan para justificar la represión y violación de los derechos humanos y para acallar las protestas cívicas de sus pueblos.