Transición... a la monarquía

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) -  Cuando los demócratas de la isla y el exilio continúan su trabajo por la modernización del país, elementos poco considerados hasta ahora, emergen para complicar el escenario, enrarecido con la pugna/unidad, entre los sucesores sanguíneos de la dictadura.

Antes invisibles para los medios de comunicación y ahora cada vez más presentes en actividades públicas, políticas o culturales; dos hijos de Raúl y dos de Fidel luchan por el protagonismo. Fidel Castro Diaz-Balart y Antonio Castro Soto del Valle, por un lado, y Alejandro y Mariela Castro Espín, por otro, ocupan puestos de alto nivel en el Estado, que no en el partido comunista, si bien son miembros de la organización.

Aunque Castro Diaz-Balart, como asesor científico de la Asamblea Nacional (Parlamento) tiene mayor presencia escénica desde hace muchos años, el ascenso de su medio hermano Antonio, Vicepresidente del Comité Olímpico

Cubano (COC) y sus primos Alejandro, Coronel del Ministerio del Interior y Mariela, Directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), imponen su presencia en los medios.

Sin dudas los de mayor protagonismo hasta ahora son Fidel Castro Díaz-Balart  y Mariela Castro Espín. El físico nuclear, apareció en los medios desde que su padre llegó al poder en 1959. Luego de graduarse en la Unión Soviética, estuvo al frente de la Oficina Nuclear, hasta que fue destituido. En los últimos años, como asesor científico del parlamento, se encarga de “promover” las nuevas tecnologías y los avances científicos en el país.

Mariela tiene una amplia presencia en los medios por su trabajo como sexóloga y por promover la tolerancia sexual, al punto de ser calificada como Santa Mariela de los Gays.  Este discurso de tolerancia no le impide hacer declaraciones políticas en defensa de la dictadura familiar, al punto de criticar a Garibaldi, porque a diferencia de su tío dictador, se retiro de las funciones públicas tras liderar la revolución unificadora italiana de 1860.

Menos conocidos, pero bien presentes en este escenario pre monárquico están Alejandro Castro Espín y Antonio Castro Soto del Valle. El primero, con muy bajo perfil público hasta que su padre asumiera la dirección del país, lo acompaña en sus viajes al exterior y está presente en los recibimientos a mandatarios extranjeros. Pero, además, es padre del jefe de la escolta personal de Raúl Castro.

No menos cardinal es la presencia de Antonio Castro Soto del Valle, durante mucho tiempo médico del equipo nacional de pelota. De su modesta posición pasó recientemente a ser vicepresidente del Comité Olímpico, apuntalando al octogenario “gallego” Fernández y designado seguramente para sucederle.

Los gobernantes tienden a  apretarse para no perder prebendas.  El partido servirá para promover un príncipe heredero que gobernara de manera vitalicia, en nombre de la “divinidad revolucionaria” nacida en Birán.