Aquí lo que hay es tremenda hambre

Juan Carlos González Leiva

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - El ciudadano Rafael Moulton fue juzgado por el tribunal municipal de Jobabo, en Las Tunas, el pasado 23 de enero en horas de la mañana, acusado de un delito de atentado. Fue arrestado el 14 de octubre, y en los calabozos mantuvo una huelga de hambre por 18 días. Actualmente está bajo una medida cautelar con una fianza de 500 pesos. En la siguiente entrevista, vía telefónica, el propio condenado nos brindó más detalles de los hechos:

Juan Carlos González: ¿A cuántos años fue condenado?

Rafael Moulton: A dos años, los cuales tengo que cumplir en un campamento de trabajo forzado.

JCG: ¿Es usted disidente?

RM: No, sólo pertenezco a la Logia Masónica.

JCG: Si usted no es disidente, ¿por qué lo condenaron?

RM: Ese día llamé al policía y le pregunté: ¿Por qué las personas tienen que consumir la cerveza  bajo el sol y no hay diversión? ¿Por qué en La Habana no es así? ¿Por qué aquí las personas trabajan y ganan menos que en la capital a pesar de que trabajan lo mismo o más? ¿Por qué aquí se vive diferente? El me respondió: “No tengo que hablar nada de eso contigo”. Le dije: “Aquí lo que hay es tremenda hambre y están metiendo presa a la gente sin cometer delitos. Este es el sentir de todo el pueblo. Todo el mundo se está quejando. Tu eres uno de los que está abusando y repartiendo golpes”, y me retiré.

A la media noche, salí de mi casa y pasé frente a la estación de policía, pues andaba en busca de unos amigos. Él venía de frente, en la motocicleta, me vio y me atacó. Me dijo: “¿Qué pregunta es la que tú me estabas haciendo? ¿De qué tu me estabas hablando?” Le respondí: “¡Las que te hice compadre, las que te hice!”. Ahí mismo me dio una bofetada. Me eché para atrás para hacerle frente, pero un grupo de policías me neutralizó y me metieron en la estación. Cuando me llevaban me dieron un fuerte puñetazo en las costillas. Damián me agarró por el cuello y le dijo a los policías: “Váyanse que este me la debe”. Yo empecé a forcejear y nos caímos los dos al suelo. Él se hizo una quemadura en el codo como resultado de la caída. Yo estaba sin fuerzas y él aprovechó y me aplicó una llave de inmovilización poniéndome boca abajo y comenzó a golpearme por la nuca y la cabeza, me dio fuerte en la cervical, dejándome severas secuelas, casi no puedo ni dormir. Ahí fue donde yo le dije: “Tú tienes permiso para caerle a golpes a la gente, tú lo que estás es atropellando al pueblo. ¿Qué tiene que ver esto con las cosas que yo veo en la Mesa Redonda de la televisión?”. Él replicó que yo no era guapo ni ná, y dándome tres o cuatro piñazos más y una patada en las costillas dijo: “Ahora te voy a acusar por atentado”. Le dije: “No, no, si yo a ti no te he atacado, tú fuiste el que me atacó a mí”. Me pusieron las esposas, me echaron espray y continuaron dándome hasta que me metieron en un sucio y pequeño calabozo. En la celda había otro detenido todo hinchado que me dijo: “Esos que te trajeron a ti me partieron el tabique  y me pusieron así, lo mismo que te hicieron a ti me hicieron a mí”.

Damián es repudiado por toda la población a muchas personas les ha fracturado brazos, costillas y otros huesos de las palizas que les ha dado cuando están detenidos en esta estación. No es más que un matón.

JCG: ¿Cómo se comportó la abogada de la defensa?

RM: La abogada sí me defendió. Hubo contradicciones entre los testigos de la parte acusatoria. La abogada dijo al tribunal que los testigos mentían, y dijo que dos agentes policiales ya han sido llevados al tribunal por dar palizas a los ciudadanos, y que el acto fue una represalia del agente policial por lo que yo le había manifestado en la calle. Cuando terminó la vista ella se me acercó y me recomendó que no apelara; porque me dijo que el tribunal había sido riguroso conmigo. Al parecer la razón es que las autoridades quieren encarcelarme.