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24 de febrero de 2009

 

OPINIÓN DE LOS LECTORES
 

La democracia venezolana con la soga al cuello 

Miguel Saludes

“Nada es tan peligroso como dejar permanecer a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él a mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía”. 
Simón Bolívar.  
 
MIAMI, Florida, febrero, (www.cubanet.org) -Para quienes todavía se cuestionan como ha sido posible medio siglo de totalitarismo en Cuba, tienen a su alcance el desarrollo de un símil al sur del continente. El domingo 23 de febrero un porcentaje apreciable de ciudadanos venezolanos refrendó en las urnas la aspiración de Hugo Chávez a la re elección indefinida, o libertad de postulación, como lo califica un periodista de la prensa oficial cubana. El triunfo del Sí por un 54 por ciento frente a 45 de los que votaron en contra, significa a primera vista un asentimiento incuestionable a una dictadura en ciernes.  

El triunfo del 2007 y una crisis económica que pone en peligro los proyectos del chavismo, no resultaron razones suficientes para aventajar la propuesta oficialista. Por una parte se reconocen fallas en la conducción del frente por el NO. Existe la opinión de que la campaña opositora fue débil y desaprovechó mucho terreno, específicamente en las zonas del campo, donde a la hora del conteo de las boletas se reportó la falta de testigos de la contraparte gubernamental por credenciales tardías. Pero los resultados de esta jornada dominical no solo pueden ser relacionados a la pobre coordinación entre los defensores del NO a la hora de proponer su mensaje. 

Desde que el presidente venezolano lanzara su onomatopéyico Uh! Ah! Chávez no se va, con el que comenzó la cruzada por el referendo, existían dudas sobre las posibilidades para echar por tierra su afán absolutista.  

“Juro por el presente. Juro por el futuro. Juro por los hijos que tengo o por los que tendré. Juro por los nietos que tengo o que tendré. Juro por mí mismo que ganaremos el referéndum por el si”. El voto-sentencia proclamado por el mandatario apenas daba margen a la concepción de una derrota. Para garantizar lo juramentado miles de activistas bolivarianos se desplegaron por toda la geografía venezolana llevando dádivas y beneficios a nombre del aspirante a presidente eterno. Así buscaban convencer a no pocos indecisos. Para los oponentes quedaban los discursos incendiarios, cargados de una violencia que llegó a concretarse en varios episodios.  
 
Consideraciones aparte, no era improbable el triunfo del Sí. A diferencia del paquete rechazado en el 2007, la nueva consulta estaba enfocada en la figura presidencial de Hugo, que aún cuenta con un elevado número de adeptos. Estos creen que mientras Chávez se mantenga fuera de los cánones fidelistas y no imponga en su país el modelo cubano, las cosas serán diferentes en aquel entorno.  

El llamado nuevo socialismo del siglo XXI, apoyado por intelectuales, artistas, clase media, militares y estudiantes, tiene su cantera principal entre las masas populares del país. Estas son motivadas por el futuro luminoso del proyecto bolivariano. La muchedumbre, ávida de ser tenida en cuenta, aclama la retórica vacía de su líder. La perorata del líder toma la forma de diálogo familiar, donde no faltan canciones, poemas, comentarios triviales y ataques contra la burguesía o el imperialismo, según convenga. A pesar de las diferencias, el resultado es muy parecido al que obtuviera Castro con su método. Los disparates son recompensados por aplausos, risas y vítores, tal como ocurría en las multitudinarias concentraciones de La Habana.  

Por ahora la gestión de Chávez mantiene la faz democrática. Los resultados obtenidos el 23 de febrero le confieren una legitimidad que reconocen gobiernos europeos y el de Estados Unidos. Pero los designios dictatoriales del personaje de Miraflores no son pura sospecha. Tarde o temprano tratará de poner en práctica lo que no pudo ser implantado el 2 de diciembre del 2007, cerrando las ventanas a la libre expresión.  

No obstante la cuerda que pende sobre el cuello de la sociedad venezolana, no todo está perdido. Los análisis hechos en base a los resultados de los referendos celebrados desde 1999, los números no reflejan una situación completamente favorable a Chávez. Los porcentajes indican un favoritismo en descenso constante. Este detalle debe tomarse en cuenta con vistas a las elecciones del 2012. Para entonces los opositores deben aunar sus fuerzas y centrarse entorno al perfil de una dirigencia fresca, capaz de imponerse a Hugo Chávez. Ese liderazgo pudiera estar bajo la guía de esos jóvenes que han protagonizado la lucha que puso freno al desborde de las camisetas rojas y las boinas caladas. Ellos deberán evitar que el lazo listo para ser corrido, termine por estrangular la libertad que todavía late en la patria de Bolívar.  

 

REVISTA CUBANET
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