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20 de febrero de 2009
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Hackers, disidentes y porteros

 Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - Le dicen el Indio y es portero de Pabexpo (recinto ferial del Palacio de Convenciones de La Habana). Tiene 39 años, un salario  de 300 pesos mensuales y un feo uniforme azul. El cubano aceptó gustoso los cinco cuc que le ofreció otro cubano para entrar al pabellón de Informática de la XIII Convención y Feria Internacional de 2009.

No era el primer caso en el día, otros cubanos le habían hecho la propuesta.  Con disimulo, evadiendo las cámaras que vigilan el recinto ferial el Indio los dejo pasar. La suerte para él es que la feria se desarrolla a puertas cerradas. Sólo tenían acceso el personal de confianza del gobierno, agrupado en los funcionarios del Ministerio de Informática y Comunicaciones, las empresas del ramo, los estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), los miembros del partido y la juventud comunista y otros funcionarios afines. 

Contrario a lo esperado, el ministro Ramiro Valdez no pudo estar en la inauguración por encontrarse viajando con Raúl Castro, quien al parecer no quiere dejarlo solo en la isla. No obstante, en una de sus intervenciones en el llamado “segmento de alto nivel”, también a puertas cerradas, se encargó de atacar a las nuevas tecnologías, porque se trata de una forma de desestabilizar al país. Por ello, recordó, había que tenerlas “embridadas”.

Dentro del recinto de Pabexpo, pobremente diseñado, predominaban los jóvenes entusiastas y algunos viejos con cara de no saber lo que pasaba allí, pero que se divertían tomando cerveza o devorando cajitas de comida, todo subvencionado por los expositores. Por supuesto, los viejos tenían caras de funcionarios oficiales.

Llamó la atención la cantidad de mujeres jóvenes, ejecutivas o especialistas, que de manera diligente cubrían las necesidades de sus jefes, y sus responsabilidades con un oficio y seguridad.

Expositores extranjeros había muy pocos.  Solo algunos chinos, de la empresa Haier, dos mexicanos y tres rusos.  Los chinos se esmeraban en mostrar el sistema  de trasmisión inalámbrica de voz, imagen y datos a través de las conexiones Wimax; mientras los rusos, sin perder su imagen de “bolos” se mantenían aburridos o recibían a los curiosos con sonrisas que más que atraer, inspiraban a huir.

Quizás lo más llamativo dentro de la Feria, fue el intento de los organizadores por hacer creer que la isla cuenta con una herramienta propia para avanzar en el desarrollo de software. Un esfuerzo que sólo estimuló las alabanzas de los funcionarios, al contrario de los jóvenes, colados e invitados, quienes prefirieron mirar al otro lado. 

Hubo pocos extranjeros y aun menos cubanos colados en el público.  Sólo los interesados en saber del tema: hackers, disidentes y pocos de la población en general estuvieron dispuestos a pagar los cinco cuc que necesitaba el Indio para llevar “hacer el pan”.

aleagapesant@yahoo.es 

 

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Fotos de Nury A. Rodríguez
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