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13 de febrero de 2009
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La Tarea Álvaro Reinoso

Carlos Ríos Otero  

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - En 1969 Orlando Borrego era ministro del Azúcar (MINAZ). Planteó ante el Consejo de Ministros  presidido por Fidel Castro, que la zafra de los 10 millones de toneladas planificada para 1970 no era posible. Borrego fue acusado de “blandengue y sietemesino” por Raúl Castro. 

Borrego había elaborado un informe basado en los principios de Álvaro Reinoso, el científico cubano que en el siglo XIX introdujo en Cuba novedosas técnicas para el cultivo de la caña de azúcar. La mega zafra de 1970 no logró sus objetivos. En cambio, se paralizó el resto de la economía en función de una idea enloquecida de Fidel Castro. Las tres zafras posteriores fueron un desastre. Las siembras, realizadas con semillas de poca calidad y sin las inversiones requeridas, sólo maduraron tres años después.  

En el año 2002, Fidel Castro ordenó convertir en chatarra 71 centrales azucareros de los 156 existentes en el país. El sector azucarero contaba con 600 mil empleados. De ellos, 10 mil eran ingenieros y de otros profesiones, como químicos,  y 23 mil técnicos medios. Todos se opusieron a la cruzada chatarra del jefe de la revolución.  Sin embargo, los medios nacionales anunciaron hace unos días la graduación de 759 profesionales y 4 mil 203 técnicos medios para la industria azucarera en el próximo semestre. 

Fidel Castro ha desdeñado siempre las sabias ideas del científico Álvaro Reinoso.  Para él, los precios deprimidos del azúcar a principios del siglo XXI fueron la señal para destruir 71 fábricas. No tuvo en cuenta la amplia gama de derivados (mieles para la alimentación animal, alcoholes para rones y con fines industriales, etc.). 

Una vez más el Comandante  pasó por alto los informes, la experiencia de los profesionales, de los obreros azucareros, y destruyó la primera industria del país. 

Más del 50 por ciento de los suelos agrícolas de la nación están cubiertos de marabú. 400 mil trabajadores azucareros, un buen número de ellos alcoholizados, deambulan por bateyes y guardarrayas desolados. Los azucareros definen al Máximo como el enemigo número Uno de la Tarea Álvaro Reinoso. 

 

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