Baches

Moisés Leonardo Rodríguez

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - El mal estado de las calles en Cuba provoca un  gasto adicional de combustible, deterioro estructural  y desgaste en los sistemas de los vehículos que circulan por ellas, problemas que superan la inversión para el mantenimiento y reparación de las mismas de manera sistemática.

Se conoció hace unos años, a través de la prensa oficial, el resultado de una investigación realizada por un ingeniero de transporte  sobre los “policías acostados”. Se trata de elevaciones semicirculares de concreto que atraviesan las vías en lugares en que se obliga a los choferes a reducir drásticamente la velocidad.

La investigación mostró el elevado gasto que causa el frenado para aminorar la velocidad de los vehículos, sumado al esfuerzo para sobrepasar dichos obstáculos y la aceleración para restaurar la velocidad normal. La mayoría de estos reguladores fue eliminada como parte de la campaña en pro del ahorro de combustible y la elevación de la vida útil de los vehículos.

Contrasta con lo anterior la omnipresencia de los baches en la vía en medio de la campaña por el ahorro que, según el discurso oficial, forma  parte de la “batalla de ideas”.

Los baches son policías acostados invertidos, cóncavos, en vez de convexos. Su efecto destructivo y despilfarrador supera con creces a los otros policías, y su número son mayores.

Si las municipalidades fueran realmente autónomas y pudieran asignar los recursos conforme a las necesidades locales y no de acuerdo a las “orientaciones y prioridades de arriba”, este sería uno de los problemas que podrían aliviarse para bien de la comunidad. Más que por escasez de recursos, esta situación  está determinada por estructuras ineficientes que, mirando al bosque, no pueden ver los árboles”.

La prioridad de las instituciones responsables del estado técnico de las vías son las calles primarias, según anuncios oficiales. Se desarrolla todo un plan nacional que prioriza las de provincias como Ciudad de la Habana, Santiago de Cuba y carreteras interprovinciales como la Autopista Nacional.

Las secundarias, en pueblos como Santiago de las Vegas, Regla y una lista interminable, con alta densidad de circulación interior, seguirán provocando pérdidas a la nación por indolencia o incapacidad de los dirigentes de las instituciones correspondientes.

No se trata sólo de tecnologías de avanzada y excesivos recursos. Con desempleados o subempleados -que tanto abundan por acá-, carretillas, palas, rastrillos y la materia prima necesaria, se podrían formar brigadas locales que, con una adecuada remuneración resolverían el problema de los baches.

Bien saben los que peinan canas que así se mantenían las vías hace más de cincuenta años.

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