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4 de febrero de 2009
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Los negros en Cuba

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - La población negra y mestiza formó organizaciones de sociabilidad en Cuba colonial con variados fines. Encontramos dos formas de organización: mediante el parentesco y afinidad étnica y la integración en asociaciones voluntarias. Los primeros cabildos en Cuba existen desde la  segunda mitad del siglo XVI.

EL cabildo no es una forma de sociabilidad africana. Ya en el siglo XIV, en Andalucía, región caracterizada por albergar una comunidad  donde convivían varias etnias, el orden institucional español se interesó en que se formaran cabildos donde agrupar gitanos y otras “razas pobres” en ciudades como Cádiz, Jerez de la Frontera, Puerto de Santa María. Esta forma de organización se introdujo en regiones coloniales hispanas de América en que la presencia africana era importante. Se les llamó cabildos para subrayar su connotación civil.

Concebido desde el poder como forma de organización civil de los negros, el cabildo se estableció en núcleos urbanos para controlar y manipular sus integrantes. Por el contrario, los cabildos se convirtieron en núcleos de resistencia cultural que preservaron y transmitieron elementos y valores de las diversas culturas que con el tiempo se mezclaron con componentes hispánicos.

Los cabildos crearon una red de sociabilidad y ayuda a sus miembros para elevar reclamaciones como minoría dentro de la comunidad, encontrar trabajo, adquirir propiedades individuales o de la organización. Encabezados por un rey y una reina, un capataz, un mayordomo, reunían fondos en una especie de caja de ahorros con diversos fines sociales y de emergencia. A pesar de no ser expreso, alentaron y procuraron la emancipación de parientes y amigos esclavos al apoyarse en reclamaciones jurídicas e inmobiliarias.

En la década de los 80 del siglo XIX, la sociedad esclavista comienza a perder su poder.  237 mil 064 esclavos (el 17 por ciento de la población), se convirtieron en hombres libres por la Ley de Abolición. Las leyes de libertad de asociación e imprenta, más los decretos que abrieron los espacios públicos a los negros y mestizos, y del acceso a la educación en la enseñanza pública estimularon un afán de organización en todos los sectores, grupos, capas y clases de la población.

La sociedad civil se multiplicó con el surgimiento de grupos de intereses de todo tipo, desde corporaciones gremiales, partidos políticos, sociedades que reagruparon las capas sociales. Los intereses de estas sociedades y de sus asociados iban  desde relacionarse primeramente y, luego, defenderse. Las agrupaciones se caracterizaron por sus intereses en benéficas, socorros mutuos, deportivas, culturales, regionales, profesionales y gremiales.

Como consecuencia de la promulgación de la ley de imprenta y el reagrupamiento sectorial de grupos y capas populares en asociaciones, surgieron publicaciones periódicas con componentes discursivos variados, emanados desde el mismo poder político, hasta otros alternativos, como concreción de los intereses de sectores y grupos  de las capas populares para divulgar posibilidades de acción colectiva, manifestar sus problemas, reclamar derechos, defender u obtener espacio y reconocimiento sociales.

La creación de un Directorio Central de Sociedades de la Raza de Color entre 1886 y 1888, cuando se oficializa, responde a la necesidad de organizarse, pues las medidas tomadas desde el poder  significaron una ruptura con la sociedad esclavista y provocaron la resistencia  racista. Esta motivó un aumento y conciencia de la lucha contra la discriminación racial por parte de negros y mestizos.

Éstos, con mayor o menor nivel intelectual y profesional, se agruparon en 139 sociedades de recreo e instrucción en todo el país. Sus objetivos eran contribuir y promover la educación y elevar el nivel de instrucción entre la población negra y mestiza, la adquisición de hábitos civilizados para lograr ascenso social y reconocimiento de la comunidad; en fin, ideales de la modernidad. Muchas sociedades contaron con un medio de prensa. La labor de divulgación ideológica la realizó principalmente el periódico La Fraternidad, dirigido por Juan G. Gómez, quien ocupó la presidencia del Directorio.

Entre septiembre de 1891 y marzo de 1892, el Directorio realizó una campaña de movilización de sus miembros con el fin de presentar una reseña para recoger las necesidades sociales que tenían en sus lugares de residencia. De la asamblea, realizada en julio de 1892, salió un plan de acción que rigió las acciones de reclamaciones del Directorio. El 14 de diciembre de 1893, el Gobernador General de Cuba aprobó las exposiciones presentadas por el Directorio Central.

El Directorio Central de las Sociedades de la Raza de Color se disolvió en 1894 porque entendieron  sus objetivos alcanzados. El Directorio logró que los negros tuvieran conciencia de la necesidad de superarse, organizarse y luchar unidos como comunidad. La salida de Juan G. Gómez del mismo, y su dedicación al proceso de organización de la Guerra de Independencia tuvo efecto perjudicial para su existencia. Desde entonces ese proceso quedó trunco.    

 

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