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2 de febrero de 2009
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Cosas a medias

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - “Todo ha estado abandonado, se han realizado las cosas a medias. El deporte ha andado mal”. Son palabras del líder histórico Fidel Castro, en un acto celebrado en la Ciudad Deportiva, a escasos días del triunfo revolucionario. Sin dudas el pregón tenía como objetivo desmantelar el deporte rentado y dopar con una sobredosis de ideología marxista a la nueva generación de atletas. 

El periódico Granma, presto a reseñar las primeras propuestas fidelistas, publicó recientemente fragmentos de aquel discurso pronunciado por Fidel Castro ante el Comité Olímpico de la Unión Atlética Amateurs.    
 
Obviamente, Fidel Castro repasaba los bajos niveles en materia deportiva que había heredado de la República. Las dificultades económicas de los atletas, la falta de estimulo y gestión gubernamental de entonces, colisionaban con el naciente proyecto revolucionario. Más que atletas, entrenadores o dirigentes deportivos “capaces”, el líder quería rebeldes en el nuevo bastión del amateurismo cubano. Al parecer las palabras de Fidel en aquella charla de 1959 fueron colgadas sobre un bumerán.  

¿Cuántas instalaciones deportivas municipales yacen abandonadas o a medias en su restauración, debido a esas gestiones que detienen su cronograma en el mismo momento que se aprueban a puertas cerradas? 

Parece que aquella depauperación republicana persiste en pisarle los talones al Instituto Nacional  de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), creado por la revolución en 1961. 

No es preciso adentrarse en los municipios del interior del país, más proclives al deterioro de su infraestructura deportiva, para ser testigos de la erosión dejada por la marea revolucionaria. Instalaciones capitalinas de escaso fogueo elitista como los complejos deportivos Ciro Frías, José Martí, Cardona o el estadio de béisbol Rafael Conte, agonizan sin dejar de conservar la textura de sus consignas al pie de murales y fachadas. 

“Parecía difícil comprender que la revolución se propusiese cambiar ese concepto. Es decir: el deporte como medio de vida, y crear otro concepto, el cual debe ser el verdadero concepto del deporte”. Otra de las verborreas de Fidel Castro, expuesta en su discurso del 19 de noviembre de 1961, en la clausura de la Plenaria Nacional de Consejos Voluntarios del INDER. Esta vez fue reseñada por la edición especial de la revista Bohemia (16 de enero de 2009). 

No podemos desestimar el empuje de Fidel y su poder de convocatoria al llamado deporte como “un  derecho de todo el pueblo”. En cincuenta años de revolución he visto tantos logros como deserciones en materia deportiva.  

El deporte dejó de ser un modo de sustento para quienes lo practicaban en la república y se convirtió en arsenal político, con la revolución. Se masificó al punto que hasta Beijing 2008, Cuba ha logrado 194 medallas olímpicas, entre títulos y subtítulos.  

Con el tiempo y los contratiempos de una política obsoleta, inmiscuida a tiempo completo en el pasatiempo de los músculos, muchos de estos medallistas olímpicos canjearon el deporte consigna por el rentado. Retornaron al viejo concepto, el deporte como medio de vida, y zarparon al exilio en busca de una nueva y próspera república.  
La causa rebelde tuvo dimensiones olímpicas. Aquellos barbudos laureados con el triunfo siguieron las señas de Fidel Castro, el máximo manager de la revolución. Sin dudas fue el primero que en materia política cambio de casaca. Por ello ha dejado las cosas a medias.

odelinalfonso@yahoo.com  

 

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