La nostalgia es una sola

Luis Cino

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Recientemente escribió Gloria Leal en El Nuevo Herald que con tanto tiempo de exilio, descifrar “la realidad cubana” (así se titula el artículo) se hace más enredado y difícil.

Será por eso que Leal, pese a tener razón en varias de las premisas que establece, pierde la perspectiva y saca conclusiones erróneas. 

La cantidad de cubanos deformados y malgastados por la revolución que ha llegado a Florida en los últimos 10 años, debe ser inferior a “la escalofriante cifra” de 350 mil que calcula la Sra. Leal.  

Por diversos motivos, las visas estadounidenses concedidas por la lotería son menos de 20 mil. Muchos cubanos no reúnen los requisitos que exigen las extremadamente puntillosas autoridades norteamericanas. A otros, el Ministerio del Interior les rehúsa (como represalia o porque le da la gana) los permisos de salida del país. 

La mayoría de los que salen ilegalmente no  llega a Estados Unidos. Si no son interceptados por los guarda fronteras cubanos o perecen en el mar, pueden ser devueltos a Cuba por las autoridades de México, Bahamas o los guardacostas norteamericanos. Estos últimos en cumplimiento de una ley absurda y ridícula que toma en consideración si los pies de los inmigrantes están secos o mojados. 

Dice el régimen de La Habana que la Ley de Ajuste Cubano es criminal. Gloria Leal coincide con los intolerantes que la califican de obsoleta. Para los cubanos que buscan escapar del paraíso verde olivo (no sólo por motivos económicos), significa una bendición. 

El exilio anterior a 1980 tuvo un carácter ideológico, lo cual no implica que el flujo de cubanos que llegó a Estados Unidos desde los días de Mariel hasta ahora mismo, carezca de un fuerte matiz político. 

Decir lo contrario es dar la razón al gobierno cubano, que trata de presentar a los que huyen de la Isla como inmigrantes económicos. Obviamente no lo son. ¿Es sólo la pobreza lo que hace insoportable la vida en Cuba? ¿Acaso terminó en Cuba la persecución política? ¿El Estado ya no interfiere en cada aspecto de la vida de la gente?
¿Por qué tanta desesperación? ¿Es sólo el ansia por los bienes de la sociedad de consumo lo que lleva a tantos cubanos a arriesgar en el mar las vidas de sus hijos? 

Los millares de cubanos que llegaron a Estados Unidos en las tres últimas décadas se parecen mucho más a los de antes del Mariel que a los inmigrantes de otros países. No es culpa suya si no entienden mucho de política. Desde pequeños fueron sometidos a un inmisericorde bombardeo ideológico. Rechazan instintivamente la política, pero  desprecian a la dictadura que los forzó a salir de su tierra.  

No tienen por qué sentir problemas de conciencia por visitar a sus familiares en Cuba. Más bien debían tenerlos los que se oponen a los viajes. La familia, pese a lo que digan los mandarines de La Habana y ciertos come candela de Miami, está por encima de las ideologías. 

No tienen problemas de conciencia los que asisten en Miami a los conciertos de Paulito FG o Los Van Van. Les gusta bailar con su música, que es suya y no de Fidel Castro. Punto. Es tan legítimo como el gusto por los frijoles negros, el lechón, la yuca y los tamales. La nostalgia por Cuba es una sola, la misma para todos los cubanos. 

¿Es que alguien se tomó en serio en Miami las payasadas lastimosas de Paulito FG, que no se las creen, no digamos su bailarina o la vecina que mataba su hambre con huevos fritos cuando aún no era rico, famoso e italiano, sino él mismo? Es difícil asimilar la mentira y la desfachatez, pero hay que saber leer en ellas si se aspira a entender “la realidad cubana”.   

Gloria Leal lamenta que Miami se vaya pareciendo más a la Cuba actual que a la de antes. Supongo que no sea por la foto que apareció en El Nuevo Herald el 20 de enero: una parada de ómnibus, sin techo y rodeada de basuras, en la esquina de Flagler y la avenida 102 del SW.  

No debía lamentarse la Sra. Leal. A pesar de todo, es una suerte que Miami empiece a parecerse a la Cuba de hoy. Eso ayudará a entendernos mejor y evitará malentendidos.

luicino2004@yahoo.com