Del sueño a la realidad

Lucas Garve / Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, enero, (www.cubanet.org) -Fue en el lejano agosto del  1963, cuando Martin Luther King Jr  pronunció uno de sus más famosos discursos desde los escalones del Monumento a Lincoln, ante más de 200 mil personas que habían protagonizado la Marcha a Washington por los derechos civiles. De su inflamada pieza oratoria salió la frase inolvidable, “Tengo un sueño”.

El día de ayer, martes 20 de enero de 2009, quedará al igual que el 28 de agosto de 1963 como un día memorable. Fue la asunción del primer Presidente estadounidense  negro. Este 20 de enero se cumplieron 45 años y unos meses, de que Luther King expresó que vivir en paz y la aceptación de los derechos civiles de la población negra haría más libres a los EE UU.

Una esperanza trajo la elección de Barack Obama al mundo entero, la de un cambio en las relaciones interdependientes de todas las naciones. Muchos aún, muestran escepticismo ante los cambios que prometió el flamante presidente a su pueblo y al resto del mundo.

Por la enormidad de las tareas que deberá acometer primero, y por los conflictos económicos y políticos que tendrá que solucionar para cumplirlas. A pesar de lo anterior, nadie podrá negar de ahora en lo adelante que la democracia reina en aquel país. Que ella garantiza el desarrollo de las oportunidades de todos.

En Cuba, la población no ha estado ajena a la victoria electoral de Obama. Sobre todo, la población negra y mestiza comprendió que los cuentos e historias de la propaganda política del régimen no son del todo ciertos. La verdad se impuso al elegir un Presidente negro y progresista.

La instauración de una alternativa política para Cuba podría ser eficaz para lograr el comienzo de una apertura del gobierno de la isla hacia la sociedad cubana. Las relaciones internacionales, más que la confrontación, necesitan de la comprensión y el intercambio. Los EE UU son por el momento el mayor centro de importación de alimentos para la isla.
Los lazos culturales históricos que unen la gran nación del Norte con la pequeña isla antillana asegurarían el tránsito hacia unas relaciones diferentes, si realmente los deseos políticos imperaran. El realismo y el pragmatismo son los dos factores que se deberán tener en cuenta en estos momentos en que tantas personas en el mundo cifran sus esperanzas en el Presidente Barack Obama.