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20 de enero de 2009
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Adiós al Presidente Bush

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Cuando en 1991, las tropas internacionales desarrollaron las operaciones Escudo y Tormenta del desierto, y avanzaron hasta las fronteras de Iraq, Henry Kissinger, se adelantó a predecir, que la segunda guerra el golfo era la primera guerra de una nueva era.  Pero, se equivocaba…

La primera guerra después del “fin de la historia”, comenzó el 11 de septiembre de 2001, con el ataque terrorista contra Nueva York.  Al presidente de los Estados Unidos, le sorprendió conversando con niños en una escuela primaria. A partir de ahí la historia universal fue diferente.

A punto de terminar su mandato el cuadragésimo tercer Presidente de los Estados Unidos George Bush, conviene hacer un repaso de su significado hacia la historia reciente de la isla. Su compromiso con la construcción democrática en Cuba y su talante negociador y respetuoso, pero a la vez comprometido y sensibilizado como ninguno de sus predecesores en Washington y homólogos en el mundo.

Durante su mandato, en la Sección de Intereses de los Estados Unidos (SINA), estuvieron cuatro jefes de misión: Vicky Hudleston, el ocurrente James Casón, el brillante y carismático Michael Parmly y el sereno Jonathan D´Farrar.  Todos con un alto compromiso con las fuerzas democráticas de la isla. Representado en el apoyo solidario a los Presos políticos y de conciencia, las Damas de blanco, las instituciones prodemocráticas y alternativas de la sociedad civil.

Su compromiso con la democracia, no le impidió proponerle al gobierno militar, la ayuda necesaria cada vez que fenómenos meteorológicos como los ocurridos en el 2005 y el 2008 asolaban a la isla.  La ayuda millonaria siempre fue rechazada de manera irresponsable por la elite comunista.

Tampoco impidió, que durante su mandato, el mercado yanqui se convirtiera en el principal suministrador de alimentos para la torpe e ineficiente economía nacional, que la consumió en los últimos años más de mil millones de dólares en productos. 

Ese esfuerzo por alimentar al pueblo cubano se hizo tangible cuando los habaneros vieron  entrar por el canal de la bahía, luego de muchos años un barco con la bandera yanqui, cargado de pollo congelado. 

Durante la presidencia de W. Bush, se le entrego la Medalla de la Libertad, al patriota Oscar Elias Bisset, preso político y de conciencia y uno de los héroes de la Primavera Negra.  Los encuentros del Presidente con la comunidad cubana en los Estados Unidos y el trabajo con los Congresistas de origen cubano, se convirtieron en algo común en los últimos ocho años; así como el llamar a su gobierno, a competentes cubanos de nacimiento.

Con la intención de disminuir los envíos de recursos financieros a la dictadura militar, le puso límites a los envíos de remesas y a los viajes a la isla de los cubanos y persiguió las cuentas que en los bancos europeos sirven para lavar el dinero que es robado al estado por el déspota y su familia.  Pero también persiguió a los que en los Estados Unidos, mal utilizaron los fondos que el pueblo norteamericano destino para promover la democracia en la isla.

Durante su mandato ocurrió, la terrible Primavera Negra de marzo de 2003.  La vocación de su gobierno fue denunciar en todos los escenarios y organismos internacionales, como ninguno otro, la tragedia que vivía la nación cubana.

Ahora que las campanas repican por el nuevo Presidente Barak Obama, es bueno recordar al amigo que se va.

 

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