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20 de enero de 2009
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La hornada del corcho

José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Cuando los medios de la Isla se refieren a la juventud cubana, no debieran desatender el detalle de que aquí coexisten dos grupos de jóvenes que se diferencian sustancialmente entre sí.

En general, nuestros paisanos con más de 20 años, pero con menos de 30, tienden a pensar y actuar en forma muy distinta a los que andan por los treinta. El fenómeno tal vez no sea exclusivo del país, pero arrastra efectos bien particulares en el orden psicosocial. Por ello resulta extraño que una institución como el Centro de Investigaciones Sociológicas lo pase por inadvertido en un estudio que engloba la actitud de nuestra juventud ante el trabajo.

A juzgar por un artículo recientemente publicado en el periódico Granma, y que se basa justo en un análisis de este centro de investigaciones, el trabajo, la búsqueda de empleo, ocupa el quinto lugar entre las opciones de los jóvenes cubanos.

No sería necesario desmenuzar la sarta de liviandades en que incurre Granma cuando trata de explicar las causas del problema mediante el artículo en cuestión. Pues desde su título, Elholgazán: un peligro ideológico, el artículo denota el empeño por manipular y ocultar la realidad.

Lo sorprendente en todo caso no proviene de Granma, sino de una institución científica como la de referencia, especializada en el examen de la estructura y el funcionamiento de nuestra sociedad.

Por lo menos sorprende que los resultados de este estudio en torno a la juventud cubana y su disposición ante el trabajo no concuerden con lo que se aprecia a simple vista en cada hogar, y lo que es fácilmente comprobable en las calles.

El trabajo quizá pueda ocupar un quinto puesto entre las opciones de nuestros jóvenes que están en la treintena. En cambio, para los del otro grupo, el de los menores de 30, no significa nada, sencillamente no es una opción, ni la quinta ni la décima. A no ser que por la falta de su uso en nuestra vida práctica hayamos olvidado qué opción significa facultad de elegir.

Vista como lo que debe ser, la opción entre nuestra juventud con menos edad es no optar por el trabajo. De la misma manera que no opta por casi nada, como no sea la indiferencia, el desdén, donde no sale a flote el acero con que pretendieron forjarla. 
Tales jóvenes representan el último eslabón en la cadena del poder absoluto: una hornada de corcho, diseñada para no elegir, no opinar, no aspirar, no reclamar, no asumir nada, como no sea aquello que flota por encima (o por debajo) de todo cuanto le rodea.

Los jóvenes con más de treinta años tuvieron tiempo de aprender a fingir según la vieja escuela. A los de la nueva hornada ni eso les interesa. Si alguna opción es reconocible entre ellos será la del rechazo a sus mayores y la de huir por la vía más rápida.

Lo demás es arena de ferrocarril. Lo mismo si se trata de Granma y su ridículo afán por ignorar los hechos, como de las instituciones científicas cuya única opción parece ser la ciencia-ficción.

 

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