I ESPAÑOL I ENGLISH I CONTACTO I ¿QUIÉNES SOMOS? I NOTICIAS POR E-MAIL
20 de enero de 2009
IMPRIMIR

¡Dios quiera sea catarro!

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) – Hace unos días semana entró en la capital la victoriosa caravana de los sin barbas, la de los “revolucionarios” de hoy, encarnando al profeta de la Sierra Maestra, Fidel Castro, y su falsa prédica de entonces.  Puede verse como la versión número cincuenta de aquella “epopeya” que hizo su entrada el 8 de enero de 1959 por el municipio capitalino Cotorro. Lo cierto es que trajo sobre sus coches rusos otro enero de vicisitudes, desesperanzas y malos augurios para la nomenclatura conservadora.  

Por si fuera poco, a bordo de la remembranza revolucionaria estaban Fidel Castro Días Balart, la ex voleibolista Regla Torres y el meteorólogo José Rubiera, reservando para este último el monitoreo de la amenazadora lluvia del jueves. Se congregaron en las calles los de siempre: combatientes, estudiantes y trabajadores que, estimulados con la tarde libre, gritaban consignas y blandían banderillas a la orilla de la ciudad. 

Quizás para los integrantes de la caravana que rebobinaron la historia y simularon el itinerario rebelde desde Oriente hasta Ciudad Libertad, antiguo cuartel militar de la dictadura de Fulgencio Batista, ésta sea la última caravana de la victoria.  

Otra vez la prensa extranjera empieza a extrañar las Reflexiones del líder y protagonista histórico de la primera caravana, augurando el final de su trayecto por la vida. Los medios oficiales desmontan tales afirmaciones con loas y secuencias de archivos en la que Fidel Castro alza su voz y el dedo. 

Lo más trascendental en la segunda semana de enero fue el desliz del vocero y representante número uno del gobierno cubano, el presidente de Venezuela Hugo Chávez. El aspirante a dictador dijo en su programa televisivo semanal que su tutor nunca regresaría a la vida pública. 

Pero como el ciudadano común anda actualizando chequeras, censando la nueva libreta de racionamiento o tras la carne de cerdo que no aparece, apenas se han percatado que Fidel Castro no reflexiona desde el 15 de diciembre. Si a esto le agregamos que estamos pendientes de los reajustes en las gratuidades o del rumorado cierre total de los timbiriches de oferta y demanda, qué importa si Chávez dice “How are you?” o “Good bye, Fidel”, desde un cerro caraqueño. 
 
Ya que no podemos contar con un Carlos Valenciaga, ex mano derecha de Fidel, reducido a simple investigador de la Sala Cubana de la Biblioteca Nacional de Cuba, es probable que sea Hugo Chávez quien redacte y lea la próxima proclama en su tele descarga semanal “Aló presidente”. 

Así andan las cosas después que entró la caravana triunfal, quizás la última. Incertidumbre, desabastecimiento, rumores y un presidente que no acaba de presentar su nuevo equipo de gobierno. Raúl Castro parece seguir recreando el panorama nacional moviendo ministros y leyendo en público mensajes del líder histórico. 

Aislados rumores sobre una posible recaída del máximo predicador revolucionario Fidel Castro, se escuchan en el agro mercado, en la parada de ómnibus o en el centro laboral.    
“El tipo no sale, parece que está mal”, dice un anciano en la cola para comprar tomates en el agro capitalino de Santa Catalina y Diez de Octubre. Una señora exclamó extrañada y con rostro medio afligido, “¡Dios quiera que sea catarro!”

odelinalfonso@yahoo.com

 

GALERÍA DE ARTE
CARTELES DE CUBA
GALERÍA DE FOTOS
Fotos de Nury A. Rodríguez
REVISTA CUBANET
 
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material siempre que se le reconozca como fuente.