El trabajo en Cuba

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Entre los cambios de enfoque que requiere la realidad cubana, deben revalorizarse los asuntos referidos al trabajo. Muchos analistas se recrean en analizar los más leves movimientos de cambios políticos, restando importancia a los problemas laborales.

Según las cifras de la Oficina Nacional de Estadística, en el año 2007 la población laboral activa era de 4 millones 956 mil trabajadores; en tanto la población en edad  laboral es de 6 millones 721 mil. Lo que arroja una diferencia de más de 1 millón 765 mil individuos que no tienen empleo, o trabajan furtivamente.  ¿Son ellos  quienes mueven la economía subterránea?

Si se examinan las cifras ofrecidas por el organismo estatal sobre el empleo en los diferentes sectores económicos y de servicios, encontramos que en la industria, construcción y el sector agropecuario, en crisis desde los años noventa, la diferencia es muy poca con otros sectores de servicios como el transporte, comunicaciones, educación, turismo, finanzas y administración.

La industria azucarera, por ejemplo, se redujo a la mínima expresión. Cientos de miles de trabajadores fueron incorporados a otras labores,  y muchos empezaron a estudiar para ocuparse de otras labores.

En la década de los años noventa y a principios del nuevo siglo,  la migración laboral hacia sectores como turismo, comercio (tiendas de recaudación de divisas),  trabajo por cuenta propia fue elevada.

A vuelo de pájaro se puede constatar que la identidad social que define al Estado cubano no es más que la de la desaparecida Unión Soviética y los países del que fuera  campo socialista, con modos de producción obsoletos. Lo que está en concordancia con un sistema político antiguo, inmóvil y totalitario.

Económicamente, el régimen todavía cuenta con el apoyo de algunos países en América Latina y Europa, que sirve como respiradero a la decadente economía cubana. ¿Hasta cuándo se mantendrá esta situación? Nadie lo sabe. Acaso ni Dios mismo.