La fila de los Reyes Magos

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Los Reyes Magos invadieron el 5 de enero las “shoppings” de La Habana. Las tiendas de recaudación de divisas tuvieron colas de padres deseosos de comprar juguetes para sus hijos.

Varios días antes del fin de año, los departamentos de juguetes de las galerías habaneras mostraban un entra y sale permanente de numerosos clientes. La apoteosis se desencadenó el día 5. Fue preciso organizar que los guardias de seguridad organizaran largas filas de clientes en los departamentos de regalos de las tiendas. 

Los juguetes más vendidos fueron muñecas, camiones y aviones, según palabras de una vendedora en Galerías Carlos III. Sorprendió el cambio en las preferencias: los juguetes favoritos fueron camiones y aviones mientras hace unos años eran preferidas las pistolas y ametralladoras.

Tales preferencias indican que los padres buscan un futuro más productivo para sus hijos y rechazan la opción de introducir la violencia dentro de la esfera de los juegos infantiles.
Los camiones sirven para transportar algo y los aviones para ir de un lugar a otro. Productividad y acortar las distancias son las expectativas  para los padres que hoy tienen una visión diferente del futuro que desean para sus muchachos.

Para la mayoría de los padres, sin formación religiosa, la fiesta de regalos del 6 de enero regresó abiertamente junto al arbolito de Navidad en la sala de la casa y el feriado del 25 de diciembre. Cierta cortina de olvido sustrajo los recuerdos de aquellos años de finales de los 60, cuando el gobierno, por decreto, desterró de la vida social la celebración de fiestas de carácter religioso.

A pesar de las diferencias ideológicas, el mercantilismo recorre la festividad del 6 de enero en los países donde se celebra, y también en Cuba. Los padres compran los regalos para sus pequeños de acuerdo a sus economías. Fuera de las tiendas, los revendedores hicieron su agosto el 5 de enero, al vender en moneda nacional los  juguetes que otros tuvieron que pagar en pesos convertibles.

Esta última opción sirvió a muchos que no tienen las divisas necesarias para comprar juguetes. De cualquier modo, el Día de Reyes introduce una nota de alegría y celebración para los pequeños,  luego de las fiestas de fin de año, que cada quien celebra como puede.