: Cuba: A propósito del artículo Concierto Polémico, carta al autor
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A propósito del artículo Concierto Polémico, carta al autor

Dr. Martín Díaz Martínez , George Town, Grand Cayman

Estimado Señor Laffita:

Expresar la opinión personal ante lo porvenir no es una manifestación de intolerancia e incomprensión, es un derecho simple y llano.

¿De que cómodas posiciones habla usted? ¿Las de un pueblo que vive como extranjero en otra nación debido a la desidia, el rencor, la mala fe, el odio y la represión desmedida de una dictadura que lo tiene sometido por mas de medio siglo? Primero, debía preguntarse por causa de quien existe el exilio.

¿Que sabe usted de tal o mas cual agenda política (disfrazada) del señor Juanes?


Las reacciones individuales en Miami o en cualquier otra ciudad o estado de la Unión Americana no están, ni tienen que estar, a tono con la agenda de la administración de turno; están en acuerdo con la libertad que se respira e impera en Estados Unidos. Por el contrario, en Cuba el individuo si tiene que estar en la misma sintonía del régimen de la Geronto-Partocracia comunista, que lleva mas de cincuenta años en el poder, o cantar el manisero en el Combinado. ¿Verdad o mentira?

Yo creo que es inmoral pedirle al pueblo cubano que invente la concordia y el perdón para la nación, cuando el mismísimo demonio en persona (Castro) y sus seres de la oscuridad (Partido Comunista) tienen sumido al pueblo de la Isla en la servidumbre, la humillación, la desconfianza, la degeneración moral y el mimetismo y también en la chivatería, la adulación y cooperación. Cuanto puente de amor se le tiende a la dictadura, lo dinamita. ¿Verdad o mentira?

Usted debía alzar su voz para que Castro en un gesto de concordia y perdón ordene la inmediata e incondicional liberación de los cientos de prisioneros políticos, quienes, a diferencia de él en 1953, sólo están trancados por pensar y decir lo que piensan.

Calenturientos y resentidos, cargados de odio, así de manera despectiva llama al pueblo cubano, del que dice usted formar parte. Usted está rotundamente equivocado, esa es su opinión personal y la del régimen también -extraña coincidencia- , y yo se la respeto; tanto la opinión, como la coincidencia.

No hay dos pueblos cubanos, hay uno sólo, dividido geográficamente por el déspota de La Habana, Don Castro de Birán. Pues claro que hay que tocar a  degüello ante la más mínima intención de ayudar o legitimar a un gobierno personal, autocrático y mafioso como lo es ese gobierno, señor Laffita.

En lo tocante a la opinión del pueblo cubano, geográficamente confinado a la Isla de Cuba, éste ha expresado en sendos éxodos masivos su deseo y lo expresa día a día, cuando le roba al régimen o compra lo robado. Hay que ser ciego o políticamente miope par no ver esa realidad, señor Laffita.

Si una parte amordazada del pueblo cubano no puede gritar y clamar libertad, la otra parte libre tiene la responsabilidad moral de hacerlo, y de manera radical, como en su tiempo lo hizo ese gran radical que fue José  Martí. Después de cincuenta años de dictadura, dura y pura, hay que recordarle a articulistas como usted aquella bella expresión de Juan Clemente Zenea: Esa pálida y vil prostituta que se abraza al soldado español…

Sepa usted, y quédele bien claro, los asuntos de Cuba son de todos sus hijos sin exclusión, y todos tenemos el derecho a opinar y decidir. La única manera y opción sensata de acabar con el sufrimiento del pueblo cubano, mi pueblo, es eliminar la causa de tal efecto, eso es: barriendo a los Castro del poder.

Dr. Martín Díaz Martínez 

 

 

 
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