29 de mayo de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

¿Habrá cambios en Cuba? (I parte)

Laritza Diversent Cámbara

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - En Cuba se esperan cambios  desde hace décadas. Esta palabra inunda el escenario cubano. ¿Cuales son los que más necesitamos? Son muchos los que nuestra realidad reclama. ¿En qué tiempo han de realizarse? Esa pregunta no se puede contestar.

Sin embargo, la respuesta a los asuntos planteados puede predeterminarse con el análisis de los acontecimientos ocurridos en nuestro país recientemente. El más relevante fue la celebración del VI pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), el pasado 28 de abril.

Lo inesperado de su celebración nos da la idea de la difícil circunstancia a la se enfrenta la dirigencia política. Raúl Castro, durante su intervención en el pleno. anunció para 2009 la celebración del VI Congreso del PCC. La historia de los mismos nos da la idea de lo que debemos esperar para el futuro.

Después de cada congreso, los gobernantes acostumbran a realizar transformaciones, con el propósito de consolidar su hegemonía. Tradicionalmente, cada etapa que precedía la celebración de los congresos, exigía la realización de cambios. Conviene aclarar que ninguno de los efectuados se refirió a la estructura y atribuciones políticas de la clase gobernante.

En 1965, en sustitución del Partido Unido de la Revolución Socialista, se constituyó el Partido Comunista de Cuba, de carácter marxista-leninista, con Fidel Castro como secretario general. Diez años después, realiza su primer congreso (del 12 al 22 de diciembre de 1975).

Al siguiente año se aprobó la Constitución de la Republica de Cuba. Esta había sido redactada por la Comisión de Estudios Jurídicos del Comité Central del PCC, la que estuvo enteramente subordinada a los designios del Partido, de quien recibió mandatos en cuanto a los contenidos constitucionales a regular. Resultó  entonces una ley que le daba el poder absoluto a la oligarquía burocrática y legitimizaba su estancia indefinida en el poder.

Del 17 al 20 de diciembre de 1980 se celebró el II Congreso del PCC. Se le antepuso el “éxodo del Mariel”.  El gobierno decide militarizar la sociedad cubana mediante la doctrina de “la guerra de todo el pueblo” y la creación de las Milicias de Tropas Territoriales (MTT).

El III Congreso se efectúa del 4 al 7 de febrero de 1986. Se inicia la histórica etapa de “rectificación de errores y tendencias negativas”. Se referían  a eliminar la predisposición a imitar el modelo soviético. Fidel Castro rechazó abiertamente la aplicación de las reformas políticas y económicas que Gorbachov había establecido en la URSS, mas conocidas como  perestroika.

Castro es intolerante con los criterios que conceden a los factores económicos primacía sobre los políticos. El espíritu mercantil, para él, se estaba aplicando a cosas que no debían ser objeto de comercio, como por ejemplo, mantener el poder absoluto en su mano. Abogó en aquel momento por mantener el régimen marxista-leninista que había instaurado a principios de la década de 1960.

En la Unión Soviética estas reformas trajeron consecuencias lógicas. Cambios estructurales, tanto económicos como políticos, hasta llegar a la democratización que el país necesitaba. Esos eran los que la clase dirigente cubana no estaba dispuesta a realizar en aquel entonces.

No obstante, la perestroika ganó adeptos dentro de la militancia comunista. Comenzaron las contradicciones en el seno del Partido, que finalizó en julio de 1989 con el fusilamiento y encarcelamiento de varios militares, algunos de alto, todos acusados de contrabando y tráfico de drogas. El peor escándalo que ha protagonizado el régimen hasta hoy.

 

 

 

 
 
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