27 de mayo de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Sobre el tapete

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubnet.org) -  La critica hecha por la Fundación Nacional Cubana Americana a la Casa Blanca por la ineficacia en la implementación de los programas de ayuda a la oposición democrática, tiene una gran acogida entre los opositores.  

La noticia apareció en El Nuevo Herald y es ampliamente discutida en los predios alternativos del archipiélago.  Según el diario de Miami, la FNCA presentó un estudio de 21 páginas, donde concluyó que de los 65 millones de dólares que el gobierno federal gastó en los últimos diez años para promover la democracia en Cuba, menos del 17 % llegó a los grupos opositores.

El texto subraya que más del 80 % de los fondos federales se destinan a realizar estudios académicos y sufragar gastos de las organizaciones del exilio.

Las fuerzas democráticas dentro de Cuba son muy criticas de los usos de la ayuda del gobierno norteamericano.  Muchas veces y en voz baja, dan la razón al programa Mesa Redondas, de que el dinero no llega a su destinatario principal.

Entre los destinatarios actuales más criticados, está el Proyecto de Transición Cubano de Jaime Susliki, del Centro de Estudios Cubanos de la Universidad de Miami, para investigaciones a distancia.  Este centro recibe, según fuentes bien informadas, cerca de un millón de dólares anuales para “investigaciones”.

Para los observadores dentro de  Cuba, los informes del CTP (en ingles) demuestran, estar alejados de la realidad y manejar elementos subjetivos y de ficción.

Con ayudas bien administradas, señalan fuentes de la oposición, se podría favorecer a través de premios y concursos a una intelectualidad deseosa de expresarse, pero chantajeada por un sistema que la deja sin comer y sin expresarse, al menor elemento de pensamiento alternativo.  Con premios que oscilen entre 10 mil y 20 mil dólares, se pudiera subvertir a toda la intelectualidad que rinde culto al castrismo porque no tiene otra alternativa económica. 

Desde Miguel Barnet a Alfredo Guevara, pasando por Pedro Monreal y los centros de estudios subordinados al Comité Central. La intelectualidad cubana rechaza al castrismo.

Además, se podría apoyar a todo un movimiento de arte joven alternativo que se desarrolla en la cinematografía, las artes plásticas, la literatura y el teatro. Con muy pocos recursos y alternativos a la burocracia.

En este caso, también están los  publicistas, diseñadores gráficos y periodistas. La mayoría con una mentalidad muy cercana a la democracia, que pueden dar el impulso necesario a través de la comunicación, a la rígida burocracia gubernamental. 

Se puede pensar en concursos para cineastas, ensayistas, historiadores y artistas.  Utilizando para ello a jurados que vivan en la isla y estén interesados en participar en la construcción democrática. Con esa practica se daría un serio empuje al cambio de lealtades propias de los periodos de transición.

En el plano político, se puede apoyar sustancialmente a las organizaciones civiles, gremiales, comunitarias y campesinas que en este momento no encuentran forma de financiar sus agendas de trabajo.

Con este documento la FNCA se une al discurso constante de parte importante  de las fuerzas pro democráticas y sostenido por los periodistas independientes. Los recursos de la ayuda deben llegar a su destino principal, las fuerzas prodemocráticas en la isla.

En ese marco, los grupos emergentes ven como positivo un primer paso con la licitación de las formas de hacer llegar las ayudas. Así como que grupos y organizaciones de Europa oriental la estén entregando a los demócratas de la isla directamente.

Este mecanismo elimina las relaciones de clientelismo desarrolladas con estas ayudas.  Favorece a la democratización de la entrega, que siempre o casi siempre queda en la capital y no llega a los demócratas de otras regiones como Oriente y Camagüey.  Además, entorpece el trabajo de la policía política, que tiene penetradas a las “mulas” de la ayuda, provenientes de Miami.

 

 

 

 
 
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