26 de mayo de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 
La señal de la libertad

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Aquel caluroso miércoles de agosto de 1991 llegó a la puerta de mi oficina en la Dirección de Cultura.  Sudado, con una sonrisa de oreja a oreja en su cara africana y barbuda.  Mario Tosta abrió los brazos y sin tomar descanso me dijo:

 -Los comunistas echan pa´tras. Los rusos están ganando. Se jodió el golpe de estado. Lo esta diciendo Radio Martí. Vamos a mi casa a oírla. 

Mario Tosta y muchos cubanos escuchan Radio Martí desde hace 23 años con el propósito de encontrar información veraz y actualizada, y de burlar la férrea censura impuesta por el gobierno.  Para eso,  la mayoría tiene que desandar el empedrado camino de la interferencia de las ondas radiales para apagas la señal de la libertad.

En un principio no fue así. Algunos escuchábamos la emisora con curiosidad, buscando lo diferente o prohibido. Un segundo paso fue el rechazo al enfoque de noticias a las cuales no estábamos acostumbrados. El tercer nivel fue aprender a valorar cada información. El último paso fue darnos cuenta que con Radio Martí estamos mejor informados.

Un momento importante en estos 23 años fue cuando la emisora se propuso promover la cultura nacional a través del rescate de programas de radio trasmitidos durante la republica, la promoción de artistas del exilio o de obras alternativas creadas dentro de la isla. Así ganaron audiencia programas humorísticos como la Tremenda Corte, musicales de Celia Cruz, Willy Chirino y entrevistas a artistas radicados fuera de la isla.

Algo que concede una gran audiencia es el segmento dedicado a las Grandes Ligas. Entre el público femenino la radio novela Esmeralda tuvo gran impacto.
Pero no todo brilla en Radio Martí.  Aun puede ser una emisora mejor.  Un puente más amplio entre los que habitan en la isla y la libertad. 

Un radioescucha me hizo las siguientes sugerencias:

1- Excesiva ideologización de los comentarios. Comparable a Radio Rebelde, pero inversamente proporcional.

2- Periodistas con problemas de dicción (gagos) o que abusan de las muletillas. Sobre todo algunos invitados, residentes en los Estados Unidos.

3- Poca participación de los periodistas de la isla.

4- Voces viejas. Muchos de los locutores, periodistas o “analistas” de la emisora son personas mayores de 50 y hasta mayores de 70. Lo que influye no sólo en la voz, sino en los comentarios y enfoques.  Hay ausencia de optimismo o visión creativa sobre la política nacional.

5- La promoción de Televisión Martí por la radioemisora puede parecer risible, toda vez que los esfuerzos para que sea vista la señal televisiva en la isla no resultan efectivos.

6- La excesiva descripción de la represión y las torturas del régimen sobre los demócratas y la sociedad civil, contribuye a su denuncia constante, pero también a promover el miedo dentro de la población. 

7– No existe programación para el segmento de publico joven por debajo de los hasta 30 años.

No obstante, el saldo positivo es superior, a pesar de la competencia con emisoras prestigiosas como Radio Nederland, La Voz de América o Radio Exterior de España. Todas con un alto índice de audiencia. 

Esto provoca en Radio Martí la búsqueda de incentivos para llegar con más calidad al público cubano, y reafirmarse como la voz de la libertad.

 

 

 

 
 
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