Odelin Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Otro de los experimentos para hacer conciencia dentro de la población corre a cargo del “máximo órgano de gobierno”. Se trata de la constituida Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Asamblea Nacional del Poder Popular. La comisión, integrada por 43 diputados, estará presidida por el doctor Leonardo Cabezas, director del Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio (CENPALAB).

La comisión se creó con el fin de enseñarle a la población los mecanismos jurídicos y estructurales de la Asamblea Nacional del Poder Popular. El aparente objetivo es que la sociedad sepa cómo canalizar sus inquietudes en medio de tantos mecanismos burocráticos. No estamos seguros sí en dicho proyecto se le dará a la población la explicación detallada sobre el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos firmados por el Gobierno Cubano el 28 de febrero.

Conocemos que cada proyecto social, cada procedimiento penal o cada manipulación mediática, corresponde a los intereses de una decena de pioneros revolucionarios, atados verticalmente al poder.

En medió de la ruina económica heredada por Raúl Castro, la imposibilidad de enfrentar una crisis alimentaria una vez agotadas las reservas internas y la exacerbada cultura del debate, el gobierno se ve obligado a dar el zarpazo. Para ello, el régimen dispone de un amañado aparato jurídico, ahora con incremento del salario básico, para ejecutar una nueva ola represiva cuando lo crea conveniente.

En la Mesa Redonda de la Televisión Cubana titulada “La escandalosa conexión terrorista-mercenarios-Gobierno de Estados Unidos”, del lunes 19 de mayo, los panelistas vincularon a la opositora Marta Beatriz Roque Cabello con el militante anticastrista Santiago Álvarez y a la Fundación de Rescate Jurídico.

Videos súper editados, intercepción de correos electrónicos, llamadas telefónicas y otros métodos de espionaje de factura nacional fueron donados por la Seguridad del Estado al citado espacio televisivo. El nombre de Marta Beatriz, a quien intentan vincular a la fantasmal política anexionista del gobierno de Estados Unidos, sirvió para generalizar y desvirtuar la definición terrorista de la palabra mercenario en los manuales del totalitarismo.

Aquellos que disienten en contra de la política dictatorial dejaron de ser apodados gusanos ó mafiosos. Para el gobierno cubano, la mafia está en Miami, los mercenarios en Cuba y los terroristas en ambas orillas.

Desviarse de los cauces políticos no significa que se defina a la oposición interna como mercenaria o terrorista a sueldo. Sí el gobierno cubano persiste en desnaturalizar a la diáspora o a los que disienten dentro de la isla, sólo conseguirá rediseñar una y otra vez su política de exclusión.   

El exilio de Miami no es una Cuba clonada, ávida de libertades civiles. Todo lo contrario, es la Cuba de Castro desmantelada y ensamblada sin restricciones políticas, económicas y culturales, en otro paisaje de libertad y prosperidad.

No creo que los dos millones de cubanos diseminados por la geografía mundial, hayan cargado con las profecías revolucionarias y con los diplomas de vanguardia. Simplemente salieron a rodar suerte en sitios donde la economía de mercado y la libertad de expresión no están sujetadas a los cañones.

Enfocar a los anticastristas en Miami o en La Habana, para el gobierno cubano requiere indistintamente de peculiares enfoques. Lo que no puede admitir con o sin la firma de pactos internacionales, es que se propague la sociedad civil y política que la propia revolución desmanteló en 1959.

El artículo 2, inciso 1, plasmado en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos enuncia que: cada uno de los estados partes en el presente pacto se compromete a respetar y a garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio y estén sujetos a su jurisdicción los derechos reconocidos en el presente pacto, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole…

El plan integral, orientado por la Asamblea Nacional del Poder Popular, va dirigido a la educación cívica de la población. Al doctor Leonardo Cabezas, diestro en el control y la manipulación de animales de laboratorios, no le será difícil explicarle a la plebe como combatir al enemigo interno.  

El civismo, o el cinismo, que suena mejor en estos tiempos de aperturas y carnavales en contra de la homofobia, será el recipiente ideal para que se agite y defina el concepto castrista sobre el mercenario.

Definición en el tubo de ensayo (I)