23 de mayo de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 
CRÓNICA
 

Perder amigos

Frank Correa

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Este mes he perdido tres amigos: Maykel Brown, que falleció de tuberculosis en la prisión provincial de Pinar del Río mientras cumplía una sanción de 30 años; Michel Perdomo, acuchillado por un desconocido cuando esperaba la guagua en la parada del P-1, y al escritor Alberto Guerra Naranjo, autor del libro de cuentos Blasfemia del escriba.

La muerte se encargó de poner fin a mi amistad con  Maykel y Michel. Con Alberto ocurrió algo diferente: pudo más su  compromiso con el gobierno cubano. Es uno de los más elogiados escritores de la Generación de los Novísimos.

Nos sentábamos en la sala de su casa en el reparto Flores,  y alimentábamos nuestros sueños como dos grandes amigos. Recibía de Alberto la conceptualización literaria resumida en su biblioteca. Él, a cambio, recopilaba anécdotas que yo recogía en la calle.     

Al regreso de uno de sus viajes por Latinoamérica, donde se hizo de una computadora, me regaló la vieja que poseía.

Hace un par de días regresó mi amigo Alberto de Argentina y lo llamé para saludarlo. Ya no era el mismo. Me dijo, en tono de reproche que escribir para la prensa independiente era una locura, que tras mis crónicas, publicadas en CubaNet anda el presidente de Estados Unidos, y que una llamada telefónica podría perjudicarlo.

-Te fuiste con la bola de trapo.

-Al contrario -le respondí-. Mi equipo, Santiago, ganó el campeonato y el tuyo, Industriales, no pasó de cuartos de finales. Lo importante es que al final, todos hagamos un buen equipo Cuba.

Cuando colgué supe que había perdido a mi amigo Alberto Guerra. Él también lamentará haber perdido a un amigo sincero, y es probable que muy probable que los otros no puedan contarle lo que ocurre en la calle, que me sirve para escribir mis crónicas.  

 

 

 

 
 
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