Toki no tiene dueño

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org) - Toki es un perro que pudiera ser bello, alegre y de buen carácter. Vive en el condominio de los abogados que trabajan en la Fiscalía General de la República, en el reparto El Roble, del poblado costero Santa Fe, en la Habana. Bebe el agua de los charcos en la calle y come lo que encuentra a su paso. Se parece, por su estatura, semblante y personalidad, a esos bellos y altivos labradores retriever que arrastran trineos con cargas pesadas bajo la nieve de Canadá.  Pero Toki es un perro cubano, de aspecto triste y sin dueño.

Y como no tiene dueño, no tiene un techo cálido bajo cual dormir, ni nadie que le de cariño. Demuestra su amargura ante los extraños, pero perro al fin, es amable y juguetón con los niños.

Su pelaje amarillo y sucio, habitado por pulgas y garrapatas, pudiera ser suave y espeso, pero como Toki no tiene dueño, se ve desaliñado. El sol y el vagar constante lo han convertido en un perro feo. Los vecinos, tal vez en broma, dicen que Toki, igual que el centro comercial de El Roble, es propiedad del Estado. Es por eso que no tienen quien los ame, quien los proteja del abandono.

Si Carlos Marx viviera en la otra cuadra, yo le preguntaría qué piensa de un perro que es de todos y de nadie en particular. Su respuesta no se haría esperar si lo ve frente a él en estos momentos, sucio, herido por otros perros y como siempre, con hambre.

También le preguntaría a Marx, aprovechando la estampa de Toki, qué piensa de un Centro Comercial, el que pertenece al reparto El Roble, encargado de distribuir los alimentos de la libreta de racionamiento a la población, pero vacío, sucio, despintado, y por supuesto, deprimente a cualquier hora del día.