8 de mayo de 2008       VOLVER AL INICIO
 
 

Bush dice que las reformas en Cuba son "gestos vacíos".

PABLO BACHELET

El presidente Bush presentó el miércoles una enérgica defensa de sus prioridades en América Latina al calificar de "gestos vacíos'' las reformas del nuevo gobierno cubano y al presionar a favor de iniciativas ambiciosas para México y Colombia que enfrentan el escrutinio de los demócratas en el Congreso.

Bush pronunció su primer discurso amplio sobre América Latina desde que viajó a la región en marzo del año pasado. Para ello escogió la conferencia anual en Washington celebrada por el Consejo de las Américas en la sede del Departamento de Estado, un grupo procomercial que promueve lazos estrechos entre Estados Unidos y América Latina.

En un aparente intento de definir su legado sobre la región en momentos que se acerca el final de su término, Bush defendió su conservadurismo alabando la necesidad de ‘‘justicia social'' acompañada de comercio libre y el condicionamiento de los programas estadounidenses de asistencia a las reformas de mercado libre.

Bush, persona muy impopular en la región, ciertamente dejará a su sucesor con un continente dividido sobre cómo lidiar con Washington. Algunos países, como México y Colombia, han estrechado sus relaciones con Washington, mientras que otros, como Venezuela y Bolivia, critican con fuerza las políticas estadounidenses.

Las palabras más fuertes del discurso de Bush fueron para el nuevo gobierno de Raúl Castro en Cuba, y reiteró su opinión de que la política estadounidense hacia la isla no debe cambiar a menos que el gobierno libere primero a los presos políticos y ofrezca más libertades políticas.

El discurso fue el primero en que Bush habló en detalle sobre la decisión de Raúl Castro de aliviar algunas restricciones, como permitir a los cubanos comprar teléfonos móviles y alojarse en hoteles que antes eran exclusivos para turistas extranjeros. Bush tocó el tema cubano un día después de hablar en una videoconferencia con la líder disidente Martha Beatriz Roque; Berta Soler, esposa de un activista encarcelado, y Jorge Luis García Pérez, que estuvo 17 años en prisión y fue liberado el año pasador. Los tres hablaron con el Presidente desde la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.

Bush calificó la conversación de "momento inspirador''.

"Algunos en el mundo esperaron que habían comenzado los cambios. Yo no lo vi de esa manera. Hasta que no haya un cambio real, del corazón y con compasión, y mientras el gobierno cubano no cambie la forma en que trata a su pueblo, no hay cambio alguno'', dijo Bush.

Posteriormente el Presidente tocó el tema de la guerra contra las drogas, defendiendo las iniciativas de su gobierno para reducir la demanda de narcóticos en Estados Unidos como forma de detener el flujo de dinero procedente de las drogas que llega a la región. Dijo que quería asegurar que el Congreso apruebe un paquete de asistencia antinarcóticos de $1,400 millones para México y Centroamérica, conocido como la Iniciativa de Mérida.

Bush expresó su admiración por el presidente mexicano Felipe Calderón, quien libra una sangrienta guerra contra los carteles mexicanos de la droga.

Bush y Calderón lanzaron la iniciativa de Mérida como vehículo para que Estados Unidos ofrezca asistencia militar y de otro tipo a México para combatir al narcotráfico, como helicópteros para dar más movilidad a las tropas mexicanas.

Una primera entrega de $550 millones debe quedar incluida en un proyecto de ley de financiamiento suplementario de $108,000 millones para la guerra en Irak y Afganistán que el Congreso comenzará a estudiar en las próximas semanas.

Bush reconoció lo que calificó de problemas de justicia social en Latinoamérica y destacó la asistencia estadounidense a la región, "misiones de asistencia humanitaria'' que se espera que traten a 320,000 personas este año y que han entregado $300 millones en programas de educación desde el 2004.

Pero el Presidente también señaló que la asistencia de Washington tiene condiciones. Programas como la llamada Cuenta del Reto del Milenio, que ofrece millones de dólares en asistencia con la condición de que los países beneficiarios cumplan ciertos requisitos de gobierno.

"No creo que sea demasiado pedir a un gobierno que reciba asistencia estadounidense que combata la corrupción'', dijo. "No creo que es demasiado pedir a un gobierno al que ayudamos que invierta en la salud y la educación de sus niños. Tampoco pienso que sea exagerado pedir a un gobierno que acepte la economía de mercado''.

Bush exhortó al Congreso a aprobar el acuerdo de libre comercio con Colombia, que según los demócratas no puede someterse a voto ahora, debido a preocupaciones de derechos humanos y la necesidad de ofrecer más asistencia a los trabajadores estadounidenses afectados por los acuerdos de comercio.

El Presidente también alabó al presidente colombiano Alvaro Uribe por reducir la violencia en su país, y arrancó un fuerte aplauso entre los presentes al prometer que ‘‘no le dará la espalda a uno de nuestros aliados más firmes''.

 

 

 

 
 
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