8 de mayo de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 
CRÓNICA
 

Un trabajo como otro cualquiera

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - No sé si el error procede de la teoría marxista o son las dictaduras de izquierda quienes renuncian a darle valor al dinero para pagar mal al proletariado.

La experiencia de la Revolución Cubana es la mejor lección: casi abolió el dinero en sus comienzos para luego, tras el desplome del campo socialista, volver a situarlo en su lugar de origen.

De esta forma, aquellos que nunca habían renunciado realmente al deseo de cobrar su trabajo de forma racional, hoy lo hacen, a pesar de ser criticados por la prensa oficial.

Aurora Domínguez es una repasadora escolar por cuenta propia. Vive en el municipio Playa, en La Habana, y en su casa imparte clases particulares a niños que lo necesitan para pasar de grado.

Pero Aurora, como es natural, necesita comer, vestirse, pagar la luz, el agua, incluso el refrigerador chino que le obligó a comprar el estado y cuya deuda demorará años en saldar. Es por eso que esta vieja maestra retirada cobra su trabajo particular, aunque, según ella, hay quienes encuentran mal que lo haga.

Le pregunto y me aclara que no siente pena alguna por cobrar modestas cantidades de dinero por pasar horas con los niños, cuyos padres le piden que los ayude a repasar las materias escolares.

-Es mi trabajo, quien no lo entiende así es porque no tiene un hijo con problemas escolares.

En la actualidad repasa a siete niños. Recibe como promedio ciento veinte pesos cubanos al mes, cifra equivalente a unos cinco dólares que utiliza esta vieja trabajadora para comprar una botella de aceite en el mercado de divisas, una cajita de puré de tomate y un par de jabones de baño. Eso es todo.

Aún así, en la prensa oficialista se critica la labor del repasador por cuenta propia, sin pensar que quienes reciben un salario del Estado como maestro no pueden adquirir la botella de aceite, la cajita de puré de tomate y el par de jabones de baño, una prensa que no fue capaz de criticar a Luis Ignacio Gómez Gutiérrez, el anterior ministro de Educación, sustituido recientemente porque según dice Fidel Castro en su reflexión del pasado 23 de abril, durante diez años viajó 70 veces al extranjero y 36 veces en los tres últimos.

-No creo que por cobrar mi trabajo esté dañando la imagen del maestro o las conquistas de la revolución. Es un trabajo que ha existido siempre. Un trabajo como otro cualquiera. 

 

 

 

 
 
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