17 de junio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

El knock out de Pérez Roque

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - “Esto es un conteo de protección. Ellos sabrán qué hacer”. Fueron palabras del ministro de Relaciones Exteriores Felipe Pérez Roque en la conferencia de prensa efectuada en el MINREX el pasado 22 de mayo. El canciller cubano respondía una de las preguntas del periodista de la CNN, Morgan Neil, sobre si el gobierno cubano estaba considerando cerrar la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana (SINA).

El próximo jueves la Unión Europea terminará de hojear cada una de las notas discordantes en sus relaciones con La Habana. Los ministros comunitarios de Exteriores exigirán a las autoridades cubanas que cumplan con los pactos internacionales firmados el 28 de febrero de 2008 en materia de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.

Los funcionarios seleccionados por el Ministerio de Relaciones Exteriores preparan las maletas y los celulares libres de costo en llamadas para exigir, en sus cabildeos por el mundo, la eliminación de las sanciones y retomar el dialogo político con el bloque europeo.

¿Y que dejan atrás Roque y su camarilla de expertos en quimeras? Detrás queda un parlamentario desequilibrado que pide endurecer en su primera sección anual, el próximo mes de julio, una ley que castiga con severas penas de cárcel a los que disienten del poder totalitario.

El diputado y director del periódico Granma, Lázaro Barredo, solicitó a la Fiscalía General de la Republica, que analizara la  ley de Protección de la Independencia Nacional de 1999 que sanciona con penas de entre 3 y 8 años de cárcel a quienes considere “mercenarios”.

Detrás quedan más de doscientos presos políticos y 55 prisioneros de conciencia del grupo de la Primavera Negra de 2003, privados de libertad sin que el gobierno reconsidere la arbitrariedad de sus sanciones.

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del que Cuba es un estado parte, establece en su artículo 5: “Ninguna disposición del presente pacto podrá ser interpretada en el sentido de conceder derecho alguno a un estado, grupo o individuo para emprender actividades o realizar actos encaminados a la destrucción de cualquiera de los derechos y libertades reconocidos en el pacto o a su limitación en mayor medida que la prevista en él".

Detrás queda también la bloguera y filóloga Yoani Sánchez, en espera de su solicitud de salida para obtener el Premio Ortega y Gasset de Periodismo en la categoría digital.

Detrás queda todo un sistema logístico de espionaje, a cargo de los órganos de la Seguridad del Estado y su inagotable plantilla de testaferros, en función de desacreditar a los líderes de la oposición interna.

El canciller Felipe Pérez Roque sigue contando ovejitas sobre su cuadrilátero. Su conteo debe haber pasado de diez el mismo día 22 de mayo, cuando le exigió al gobierno de Estados Unidos que se llamara a capítulo y tomara las medidas pertinentes para rectificar la conducta de sus diplomáticos en Cuba.

Esperemos que en la agenda sobre la posición común europea estén registradas las detenciones del pasado 24 y 25 de mayo, episodios de violencia y detenciones que arrojaron cerca de 30 disidentes detenidos en el centro del país.

Ahora el régimen cubano está tendido sobre la lona europea, sometido a un conteo de protección por parte de sus estados miembros. Dice desafiante que no admitirá imposiciones ni relatores que monitoreen el cumplimiento de los pactos, a menos que el funcionario asignado sea de la extirpe del suizo Jean Ziegler.

El caso cubano llegará en pocas horas a Bruselas. La Asamblea Nacional del Poder Popular y sus comisiones de última hora buscan mecanismos jurídicos que justifiquen la represión, el espionaje interno y las prohibiciones necesarias para garantizar la “seguridad nacional”.

La situación dentro de la isla seguirá invariable con o sin posición común europea. Ahora el conteo de protección se viró hacia Pérez Roque y sus discurseros de turno. Los ministros europeos sabrán que hacer.

 

 

 

 

 
 
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