12 de junio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Medida extrema

Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Desde el 24 de marzo el pedagogo habanero René Barrios Urquiola no duerme tranquilo. Ese día, el entonces subdirector del Instituto Politécnico Vitalio Acuña, ubicado en El Cotorro, le entregó a las dos de la tarde la guardia docente a la profesora Ivón Ferrer y se dirigió al hospital La Benéfica, donde operaron de urgencia a la Jefa del Departamento de Cartografía.

Ni la entrega de la guardia ni la visita al hospital hubieran alterado la rutina del colectivo docente, si esa tarde no se ahoga en una presa cercana uno de los tres estudiantes del grupo 21, autorizado a salir antes de tiempo por las profesoras Mercedes Moya  y Yamilys Peña, quienes no consultaron a la citada Ivón, sustituta de René Barrios, que ejercía entonces como director en funciones.

La trascendencia de un suceso humano tan lamentable hizo que la Dirección Municipal de Educación del Cotorro tomara medidas inmediatas contra el personal docente, aunque los padres del finado no demandaron a la escuela, pues los muchachos rebasaban los 16 años y se adentraron en una presa cercada y fuera del perímetro del centro. A René Barrios Urquiola le aplicaron la separación definitiva del sector, la cual lo invalida para ejercer la docencia en cualquier nivel de enseñanza dentro del país.   

El pedagogo contrató a un abogado para impugnar tan drástica decisión, pero el Consejo de la administración municipal –equivalente a la Alcaldía-, no tuvo en cuenta su vasta trayectoria docente y ratificó la sentencia de la Dirección de Educación. René acaba de presentar otra solicitud de reforma a la resolución del gobierno local, pero esa instancia casi siempre “deja sin lugar” las reclamaciones de los empleados y falla a favor de las entidades, según el jurista que lo asesora.

René Barrios Urquiola lleva 24 años como profesor y directivo de la enseñanza técnica. Ejerció la docencia en la República de Angola, donde le concedieron la medalla de internacionalista. Obtuvo, además, la Distinción por la Educación cubana, el diploma Tiza de Plata y certificados de educador ejemplar. Tenía pendiente la defensa de su Maestría en Ciencias de la Educación.

El pedagogo no pide que lo reintegren a su cargo, sino a una plaza como profesor pues “es la única profesión que conozco”. Agrega que: “Analizadas de conjunto, las razones demuestran la falta de nexo causal entre mi actuación y el triste incidente, resultando obvio que la responsabilidad imputada es colateral por razón del cargo que ostentaba y no directa como se expone en la medida”.

Al revisar las pruebas testificales y documentales anexadas en su reclamación por René Barrios, nos parece que la sanción fue dictada por las circunstancias y la manía institucional de “cortar por lo sano” cuando hay un problema. Nuestro sistema de enseñanza se queja de la deserción masiva de sus educadores, pero no vacila en expulsar a los cuadros que revelan algunos de sus descalabros y desaciertos.   

 

 

 

 
 
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