Salón Rosado para el metal pesado

Juan González Febles

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - La recién estrenada Agencia Cubana del Rock (ACR) organizó un mega concierto de diez bandas cubanas cultoras de heavy metal para el 31 de mayo a las 4 PM en el Salón Rosado de La Tropical. El Brutal Fest, convocado por la ACR en su concepción original, contaría con la participación de diez bandas nacionales. Las bandas anunciadas participaron en la elaboración del CD compilatorio, Not Salsa, just Brutal Music, Cuba’s hardest, cortesía del sello Brutalbeatdown records.

Para quienes no conocen o han olvidado, El estadio La Tropical es uno de los espacios más emblemático dentro de la historia del deporte y una de las joyas de La Habana. El regalo que hizo un cubano con fortuna y altruismo a su ciudad.

Julio Blanco Herrera, el empresario cubano dueño de la cervecería La Tropical, le hizo un estadio a La Habana, para disfrute de los habaneros y de todos los cubanos por extensión. Su pasión por el béisbol regaló a la afición habanera de aquel entonces un parque con condiciones para la práctica del béisbol. Allí se celebró el primer campeonato nacional amateur de este deporte por los años 30 del siglo XX.

Dentro de estos predios funciona en la actualidad, el Salón Rosado. Este salón no es de amplias proporciones. Resulta adecuado para fiestas de 15 sin muchas pretensiones y reuniones profesionales, gremiales, etc. A nadie fuera de la ACR, se le ocurriría un concierto de rock en tan reducido espacio. Muchísimo menos un mega concierto con diez bandas, como anunciaron. Pero así fue.

Como forma estilística, el heavy metal constituye un rompimiento formal con los estilos tradicionales de hacer Rock n’ Roll. Pero a los cultores nacionales quizás les falta elaboración y oficio a la hora de hacer esta música. Lo anterior está dado por el hecho de que con raras y honrosas excepciones, falta academia a nuestros músicos de heavy metal. También faltan entre ellos profesionales experimentados de la ingeniería de sonido.

No conciben rebasar el desgarramiento de las voces masculinas y proceder a la incorporación de voces femeninas cultivadas dentro del género. O a la articulación de estas voces en una armonía feroz, disonante y trasgresora, pero a la vez lírica y elaborada. El sonido heavy puede emparentarse con el virtuosismo de las improvisaciones jazzisticas y las de ese rock que nos legó en sus riffs Jimmy Hendrix y Jimmy Page desde Experience y Led Zeppelin respectivamente. Pero para ello es necesario contar con academia, talento y mucha bomba.

El concierto de Brutal Fest, desde el inicio adoleció de serias fallas organizativas. La principal fue la presencia y la ascendencia de la policía. Aunque no se trató de policías con pistolas, la acción de los policías con maracas resultó igualmente castrante y paralizadora. Para que el rock sea rock, debe ser trasgresor y libertario. El rockk, aunque sea metálico, suena mal entre cadenas y prohibiciones. Necesita oxigeno y alas para volar.

Para que se tenga una idea, las autoridades del Ministerio de Cultura prohibieron tirar fotografías durante el concierto. Es decir, en Cuba se prohíbe algo normal en todos los escenarios del mundo. En ellos, la gente retrata desde sus teléfonos celulares, desde sus cámaras fotográficas o desde donde pueden, a sus artistas favoritos en concierto.
La Seguridad del Estado, como ya dijimos, trasladó sin pistolas y con maracas, el mismo terror, el mismo temor y la misma mala sangre, al metal pesado cubano. Como siempre, asumieron la parte brutal de la Fest.

Influyó que tanto los músicos como los organizadores del evento se encontraban crispados por un reciente despacho de AFP. Estaban aterrados por la eventual presencia en el espectáculo de cualquier prensa que no fuera la oficial. Decían, en medio de amargas lamentaciones, que la prensa extranjera tergiversó sus declaraciones.

El público, ese respetable protagonista tampoco llenó las expectativas para del evento, no hubo lleno. Faltó asistencia masiva. Quizás extrañaron a los grupos ausentes. Esos a los que no reconoce la Agencia Cubana de Rock. Extrañaron y faltó, por ejemplo, Porno para Ricardo.