31 de julio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Desatino energético

Odelin Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Joel Caballero Cutiño es vecino de San Francisco de Paula, municipio capitalino San Miguel del Padrón. Se le ve reparar una y otra vez su televisor ruso (Krim 218). El viejo aparato, fabricado con la tecnología de válvulas al vacío, consume alrededor de 300 watts. Cada reparación, en manos de un técnico particular, le cuesta entre 50 y 120 pesos.

Para Joel, lo esencial es mantener la imagen y el sonido en el obsoleto aparato. Su equipo aparece registrado en el censo realizado en el año 2006 y desde entonces espera la llegada de los trabajadores sociales para que autoricen el cambio.

De la llamada “revolución energética” y su engendro mayor, la venta a crédito de electrodomésticos de bajo consumo, sólo se escuchan rumores esparcidos entre los que aún creen y aspiran cambiar un climatizador o un televisor ruso.

La prensa oficial, alejada últimamente de estos menesteres, apenas se pronuncia sobre el tema. Prioriza cubrir eventos que demuestren cómo se recupera la producción agrícola, la construcción de viviendas o la puesta en marcha de las nuevas infraestructuras de acueducto y alcantarillado, por sólo citar algunas. 

En el año 2005, el creador por excelencia de programas para el “beneficio social”,  Fidel Castro, equivocó la ecuación cuando echó manos a la modernización de los hogares cubanos. Previó, en un período no superior a los dos años, sustituir los equipos de alto consumo por equivalentes fabricados en China. El proyecto ambicionaba, o ambiciona, extenderse a todas las provincias del país con el consiguiente ahorro energético que supuestamente se derivaría del plan.

A tres años de iniciada la “revolución energética” y sepultado parte del legado tecnológico heredado de la Unión Soviética y el CAME (los electrodomésticos fabricados en la década de los ochenta de la pasada centuria), muchos se preguntan sí este programa sigue en pie.

Hoy el escenario nos demuestra un programa en fase de congelación y una tropa de jóvenes trabajadores sociales diezmada. Su objetivo inicial consistía en peinar cada rincón de Cuba donde existiera un bombillo incandescente, un ventilador criollo o una hornilla eléctrica artesanal.

Estos electrodomésticos, que un inicio se distribuyeron aceleradamente como parte de la ofensiva fidelista, hoy se exhiben en las tiendas recaudadoras de divisas (TRD), tres o cuatro veces con un precio superior al ideado por el programa social.

Una vez heredado oficialmente el control económico, en manos de Raúl Castro y sus empresarios con guerrera, una olla arrocera cuesta en las TRD 27.25 pesos convertibles (CUC), equivalente a 681.25 en moneda nacional (MN), al cambio actual de veinticinco pesos por uno.

Si conseguimos calcular la diferencia entre un ex presidente derrochador y un sucesor que no pierde ni a las escupidas, la olla arrocera exhibida en las TRD cuesta 553 pesos más en MN que el valor estipulado por el programa energético (127.50 MN).
La “reina” u olla frijolera, como le llaman, se oferta en las TRD al precio de 68.80 CUC. Su valor se excede en 1360 pesos en MN, con respecto a su costo en el proyecto social (350 MN).

Joel ya está informado que los mismos televisores Haier, manufacturados en China y destinados al “cambio”, se venden en las TRD al precio de 300 CUC, equivalente a 7500 pesos en MN. Pero prefiere aguardar por el cambio, que en realidad no es tal cambio, sino la venta a crédito con la obligatoria entrega del equipo consumidor. Con esta opción pagaría a plazo 3120 pesos en MN y se ahorraría 4380 pesos en MN, sí lo comprase en divisas.

No sabemos cuál es la razón de este bache en la distribución de electrodomésticos y en la instalación de grupos electrógenos. Sobre la primera, se especula que el gobierno no ha podido recuperar el dinero invertido debido a la morosidad de la población.

Para Raúl Castro, los electrodomésticos se ven mejor en las estanterías de las TRD, ahí donde se recauda el dinero al contado sin alardear con movilizaciones de trabajadores sociales. Para el soldado Fidel, la “revolución energética” es otro de sus desatinos.

odelinalfonso@yahoo.com

 

 

 

 
 
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