La Habana para un turista difunto

Víctor Manuel Domínguez, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Los cubanos no tenemos necesidad de hacer turismo. Sólo disfrutamos acampar, atrincherarnos, romper zapatos por un terraplén. No obstante, apoyamos a quienes imitan a los turistas mochileros que llegan a la isla con siete pesos y centavos. No se puede olvidar que la dialéctica de la revolución es a saltos de canguro.

Primero, las autoridades encarcelaban a los cubanos porque la tenencia de dólares en el país era ilícita; luego, los estimulaban a recibirlos, y hasta hoy, berrean porque sus familiares les apuntalen de verdes la casa y el comedor.

Es por eso que me sentí orgulloso al ver que de 3 a 5 compatriotas se enrolan cada día en un HABANABUSTOUR. Andar la Habana por 5 pesos convertibles en ómnibus refrigerado, es un suceso familiar, con reunión incluida y puerca en venta.

Porque oiga, gastar la mitad del salario de un mes para que se conozcan los avances de la revolución en el transporte, y sus cambios de política discriminatoria, bien que merece un viaje sin padecer las guaguas o sufrir los almendrones.

Y como si fuera poco, con derecho a llevar gratis a un niño menor de seis años. Además, no se puede olvidar el honor de acceder (sin bajarse del bus) al hotel Presidente, el Meliá Cohíba, la Marina Hemingway y la Plaza de la Revolución.

Tampoco, que tienen el derecho y la posibilidad de leer las cartas de los restaurantes La Ferminia y Don cangrejo, así como darse un atracón de sol en el Puente Almendares o en el parqueo del Acuario Nacional.

El impactante diseño arquitectónico del Miramar Trade Center, el estilo y empaque del restaurante La Cecilia, y los anaqueles llenos de medicamentos (en falta para la población) de la Clínica Cira García, podrán contemplarlos a través del cristal.

Eso sí, tendrán acceso directo a la Maqueta de La Habana para extranjeros y al Cementerio Colón, incluso, con derecho a quedarse sin costo extra en el campo santo.

HABANABUSTOUR le ofrece el itinerario; usted, es el responsable de elegir su destino. Por sólo cinco pesos convertibles puede recorrer La Habana para un turista difunto.