Nefasto y las comunicaciones

Víctor Manuel Domínguez, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - El eslogan revolucionario “En la guerra como en la paz mantendremos las comunicaciones” es una realidad en Cuba. La compañía telefónica ETECSA (Estamos Tratando de Establecer Comunicaciones Sin Apuros) lo garantiza. Para ello, ha implementado una red telefónica a nivel nacional que hasta en el fondo de un río, o sobre la montaña más alta del país, usted se puede comunicar… cuando funciona.

El problema está en la sensibilidad de los equipos digitalizados. Hace diez días, la caída de un gorrión sobre un alambre de una línea telefónica en Calabazar dejó incomunicado al municipio Centro Habana. De nada sirve que usted, desde el Vedado o San Miguel del Padrón reporte la rotura de su equipo al 114.

Si bien el carro nuevo enseguida aparece, y los hombres con uniformes nuevos desmontan escaleras, rollos de cables, pinzas y telefonitos de juguete, la línea sigue muerta. Y no de muerte natural. Hay que tener en cuenta que si los implementos para trabajar son de estreno, aún muchos linieros carecen de voluntad o de cerebro.

Pero ellos no tienen la culpa, pues los formaron para incomunicar, poner escuchas, vender líneas y otros aditamentos por vías alternativas, ya que las convencionales requieren de confiabilidad o dinero. Hace diez días que no hemos podido echar una conversadita con Rosalba, ni saber si Marucha llegó con vida allí donde tú sabes, o si Filiberto se comió el lechón. No importa, el espíritu de las comunicaciones sigue en pie. Sólo hay que acudir al lleva y trae entre vecinos, o cuando el silencio aprieta, rezar.

Menos mal que no hemos tenido que usar en estos días las líneas de emergencia médica, bomberos, PNR, toxicología, escape de gas, y mucho menos la confidencial antidrogas.

De haber tenido que llamar al 112 para una gestión comercial, al 113 sobre la información de abonados, o al 118 para información y protección al consumidor, nos hubiéramos visto obligados a usar palomas mensajeras.

Cuando llegue la hora de hacer un monumento que contenga partes de ineficiencia, corrupción, desvío de recursos y otros logros del socialismo cubano, sin duda hay que tener en cuenta a ETECSA, porque, aunque sea en consignas y zonas de silencio, la comunicación existe.