16 de julio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

La calle del medio

Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - La calle del medio no es una vía urbana, sino el título de la nueva “publicación mensual de opinión y debate” de la Agencia Prensa Latina. El suplemento cultural evoca a la Bodeguita del Medio, pero sus manjares son menos digeribles pues les falta la salsa del debate y el condimento de la crítica. Los colegas que escriben las 16 páginas del tabloide aplican las recetas del periodismo oficial cubano.

La calle del medio, editado en La Habana bajo la dirección de Enrique Ubieta Gómez, circula en la isla desde el mes de mayo. El segundo número corresponde a junio. Ambos comienzan con una portada en colores que presenta sus ofertas y un pequeño editorial. Los temas no son fijos pero incluyen La esquina caliente, Televisión, Literatura, Humor, Sociedad, Lecturas, Música y Variados.

En el editorial de junio, los realizadores expresan su satisfacción e inquietudes ante “tantas expectativas”. Desean que “la conversación fluya como sucede entre vecinos bien llevados, sin hablar por hablar, nos interesa proponer matices, sugerir ángulos de vista menos visitados, provocar reflexiones”.

Si bien tales propósitos son válidos, los textos y las “opiniones” revelan el límite de “los matices” y “las reflexiones” de cada entrega. Veamos el ejemplar número dos.

En  La esquina caliente -entiéndase debate-, cinco estudiantes de la Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana empuñan sus lanzas contra la serie norteamericana Doctor House, comentada por críticos de arte y médicos en el ejemplar anterior. Como los mosqueteros de la ELAM defienden las maravillas de la medicina socialista y “acaban” con el clínico yanqui, se inserta, además, la mesurada opinión de una profesora de dicha escuela y, para  contemporizar, un fragmento de un lector de Alamar que “defiende” al célebre House y El Show de Cristina.

En las páginas 3, 4 y 5 varios espadachines nos ponen en guardia contra otros programas televisivos facturados en los Estados Unidos, como C.S.I, la escena del crimen y Números. Según el docto Roberto Gili: “En CSI se enseña lo que no hay que hacer ante un crimen, pero lo que en ningún caso muestra es como evitar el delito”. Por su parte, Jorge González, Rector del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, reconoce los méritos del serial pero asegura que “nosotros tenemos alta tecnología como la que aparece en CSI, y podemos hacerlo y lo hacemos en mejores condiciones que en Estados Unidos”. 

No se queda atrás Eliades Acosta Matos, quien analiza los capítulos de Números, ofrece las estadísticas criminales de los Estados Unidos, recrea los referentes literarios del serial y derrocha tinta contra los agentes del Buró Federal de Investigaciones. El señor Acosta Matos no contextualiza el tema con la violencia en Cuba. Tal vez carezca de información o lo considere “políticamente incorrecto”.

La calle del medio presenta tres excelentes entrevistas: La dulce y útil historia de Daniel Chavarría (páginas 6 y 7), Sin permiso, a Ramón Silveiro, director del Mejunje (10-11) y al músico Baby Lores, intérprete de reggaetón, quien habla de su obra y de los retos de ese género en Cuba.

Si bien las entrevistas transcurren en el límite de lo permisible por la censura, en la primera el periodista provoca y desata la lengua del profesor y literato exiliado en Cuba, quien habla de la novela policiaca, describe sus métodos creativos en función de la  revolución y el socialismo, exalta a Fidel Castro y denigra a “las cucarachas políticas” que se atreven a cuestionar “su estatura gigantesca”. 

Las páginas 8 y 9, dedicadas al humor, también recrean la estética del compromiso, aunque en un peldaño gráfico más alusivo y sugerente, sin tocar la problemática cubana, salvo en lo relacionado con la burocracia, tema recurrente en el humorismo insular.

El texto Asesinato en Suiza, de Jorge Wejebe Cobo, es otro plato fuerte de los “matices y reflexiones” de La calle del medio. El autor recarga el tintero contra la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos y sus “acciones encubiertas en Europa” durante la Guerra fría. La Red Gladio, las amenazas de Kissinger, el asesinato de Aldo Moro por las Brigadas Rojas en Italia, el Club Berna de Suiza y otros sucesos provocados por el imperialismo en el viejo continente son censurados por el articulista en las páginas 12 y 13. Ni una sola palabra dedica Wejebe a la penetración de los soviéticos en varias naciones. Hasta los crímenes de la extrema izquierda fueron organizados entonces por los enemigos de los comunistas.

Felizmente, los lectores encontramos algo más útil y creíble en la página final del ejemplar número 2 de La calle del medio. Me refiero a Secreto de la buena mesa, breve disertación sobre los vegetales, su clasificación y los ingredientes y el método para elaborar el picadillo a la habanera y el picadillo siglo XXI. A un costado aparece, a modo de cóctel, las propuestas musicales.

Gracias por el regalo. Algo es algo dentro de tantas “opiniones y debates” excluyentes. Tal vez la nueva publicación mensual de la Agencia Prensa Latina no ande por la calle del medio, sino por el carril de la izquierda asignado a la prensa cubana por los guardianes de la censura.                            

 

 

 

 
 
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