Asesinato en la Vía Blanca

Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - A Miguel Acevedo Puertas le faltaban dos años para jubilarse del sector gastronómico. Su familia, los vecinos y los amigos lo apreciaban por su noble carácter. Ninguno pudo prever que Miguel pasaría a engrosar las estadísticas criminales y que rara vez se dan a conocer por las autoridades.

Miguel trabajaba en una cafetería donde se vende en pesos convertibles, situada en la Vía Blanca. El 26 de marzo no regresó a casa. La familia se alarmó y llamó a la policía. Junto con él desaparecieron mil pesos convertibles de la recaudación del día, un contenedor de basura y 30 cajas de cerveza.

Según los familiares de Miguel, los policías se guiaron de inicio por el testimonio del custodio de la unidad gastronómica, que decía haberlo visto abandonar el centro en un auto. La respuesta fue lenta. Los agentes no llegaron al lugar con la técnica correspondiente. Las primeras pesquisas señalaban a Miguel como organizador del atraco, e indicaban que se había largado del país.

La familia se movilizó. Los hijos de Miguel y los amigos comenzaron a investigar por su cuenta. No creían en el argumento de la policía. Miguel nunca pensó abandonar el país. Recientemente lo habían operado del corazón. Trabajaba en la cafetería para ayudar a su familia.

Después de tres días Miguel no aparecía. Claudia, una de sus nueras encontró la llave de la casa en un rincón de la cafetería, y el hijo menor, Alexander, manifiesta su desconfianza en el testimonio del custodio, y declara a la policía que sospecha que es el presunto asesino de su padre. Entonces detienen al custodio, que confiesa su participación en el homicidio.

Miguel fue encontrado, sepultado en concreto, en la casa del celador, quien fue contratado por la empresa gastronómica a pesar de sus antecedentes penales. Asesinó a Miguel asfixiándolo, y luego lo trasladó hasta su casa en el auto de un cómplice. También se deshizo de la mercancía sustraída, por lo que el número de implicados va en aumento a medida que progresa la investigación.

Las autoridades cubanas no suelen emitir opiniones a la prensa sobre estos casos, por lo que nunca se conocerán todos los detalles del trágico desenlace de la vida de Miguel.