11 de julio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Huésped indeseable

Reinaldo Cosano Alén

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) – Amir González y Sahilyn Tillán, padres de Adis, de seis meses, y residentes en el municipio Cerro, descubrieron horrorizados  que convivían con un intruso peligroso.

Un majá de Santa María, de un metro de largo, mordió en el pie y la rodilla a Adis mientras la niña dormía. Los médicos del hospital pediátrico donde fue atendida aseguraron que las mordidas no eran venenosas, ni siquiera peligrosas.

Amir tuvo que pelear machete en mano contra el intruso, que resistió los embates del “collín”. Estos animales son fieros cuando se sienten atacados.

El lexicógrafo dominicano-cubano Esteban Pichardo (1799-1879) reportó “un combate entre un majá y un cocodrilo, cuyo término fue la muerte de ambos”.

Los jóvenes esposos siguen preocupados y alertas. En el barrio sucede lo mismo. Se cree que la pareja del majá atacante debe estar cerca, y se afirma que esos animales acostumbran a realizar el mismo recorrido. En otras cinco viviendas también han aparecido.

Majá es voz indígena. El de Santa María (Epicrates Angulifer, boa cubana o boa arbórea cubana)[ es el mayor de la isla. Puede alcanzar hasta cinco metros. Su hábitat es el bosque. Se alimenta de jutías, roedor muy estimado por su carne, en peligro de extinción. También se traga el majá aves domésticas y hasta pequeños cuadrúpedos como el cabrito. De ahí el temor de que pueda triturar un bebé, aunque no se ha reportado ningún caso.

La intromisión de reptiles, incluidos los pequeños jubos y otras especies como el murciélago, la araña, las abejas, en la ciudades y poblados, parece responder directamente a la deforestación y otras alteraciones del hábitat natural provocadas por el hombre, que ha quebrado peligrosamente la cadena alimentaria.

El caso del Cerro no es único. Se conoce en otros municipios de Cuba.

 

 

 

 
 
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