10 de julio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Las nuevas guerras

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - En la pantalla de la televisión aparecen unos jóvenes vestidos de oficiales con graduación de teniente. Según el comentarista, son recién graduados de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).  Ellos cumplirán un tiempo de servicio en las Fuerzas armadas y el Ministerio del Interior.


Para pocas personas es un secreto que uno de los objetivos de la creación de la UCI, es la participación de sus graduados en los nuevos escenarios de seguridad nacional, que se trasladan de los conflictos físicos a los cibernéticos.

Si después de 1990 las Fuerzas Armadas Revolucionarias descendieron de 250 000 hombres a cerca de setenta mil, las doctrinas de defensa nacional no se volvieron lo dinámicas, eficaces y eficientes que necesita una nación pobre y dependiente como la nuestra.


La primera de las debilidades de nuestra doctrina de seguridad nacional se sustenta en el conflicto con los Estados Unidos, que tiene más de 2 millones de soldados, 300 millones de habitantes y es la primera economía mundial.

La debilidad de la percepción está en que se apoya, según el generalato comunista, en las experiencias de la segunda guerra mundial, en el frente soviético-alemán, en la guerra de intervención de los EUA en Indochina, y por último, en la resistencia antidemocrática en Irak.  

En todos los casos, los países agredidos tienen profundidad de espacio, comunicación con otros países o zonas donde se puede establecer una retaguardia o  apoyo a los defensores.  Ese no es el caso de nuestra isla.

La doctrina de la guerra de todo el pueblo se basa en el caso hipotético de  que todos, a una voz de mando, rechazarían una intervención norteamericana.  Esta doctrina es válida para estados totalitarios. En ellos, los que no estén con el régimen se convierten en sus enemigos.

El ejemplo más cercano es la operación Caguairán. Ese entrenamiento deberá concluir a finales de este año. Comenzó con el gobierno provisional, en agosto de 2006. Para el régimen  los demócratas cubanos son enemigos y serán apresados y confinados en campos de concentración.

La experiencia de esa actitud se dio durante los combates de Bahía de Cochinos en 1961, cuando fuerzas del Ministerio del Interior detuvieron a miles de ciudadanos, se puso dinamita en las bases del Presidio Modelo, en Isla de Pinos, y se fusilaron al menos a 179 presos políticos en las cárceles.

Quizás ese sea el mejor ejemplo de que la actual doctrina de seguridad no se basa en la contención y disuasión  de un enemigo externo; sino en el control y destrucción de las fuerzas prodemocráticas en escenarios de cambio desfavorables al Partido Comunista.

No es distante a esa doctrina el joven Eliécer Ávila, estudiante de la Universidad de Ciencias Informáticas, líder del Proyecto de Vigilancia Tecnológica y Política, una de las especialidades de la Operación Verdad, dedicada, según sus propias palabras “al monitoreo constante de Internet y a la misión de reporte y combate en esa área”; el objetivo principal de la UCI, en las nuevas guerras internas.

 

 

 

 
 
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