8 de julio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Viejos problemas, antiguas soluciones

Juan Carlos Linares Balmaceda

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Si bien es cierto que en los últimos meses en Ciudad de la Habana el servicio de ómnibus urbano ha mejorado, cabe preguntar: ¿por cuánto tiempo? 

 Cuba, larga y estrecha, posee una adecuada geografía que permite planificar un eficiente sistema de transporte, terrestre y ferroviario.  

Desde hace cuarenta años los remedios para aliviar las crisis del transporte son temporales: importar nuevos equipos que, con el paso del tiempo, se deterioran debido a la ineficaz explotación, unido al pésimo mantenimiento de los mismos. De este modo se abre y se cierra el ciclo.

En la década de los años treinta del pasado siglo la transportación pública alcanzó los niveles adecuados, y podía compararse con otras naciones punteras en este sector de la economía, sin menoscabar el tradicional transporte naval de cabotaje. Los caminos de hierro y la Carretera Central cumplieron el rol de columna vertebral del progreso económico de los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo.

Con el ascenso al poder del gobierno revolucionario en 1959 dos novedosos proyectos quedarían truncos hasta hoy: la incorporación de otro carril a la vía férrea nacional, que contaba entonces con un carril de ida y otro de regreso, de oriente a occidente, y viceversa. Y el otro, la construcción de una tercera vía en la Carretera Central.


El gobierno revolucionario construiría años más tarde una autopista con de ocho vías, la cual, luego de treinta años, no ha sido concluida. 

 Poca información maneja la población respecto al costo de los ómnibus nuevos que ruedan por la capital, o sobre los modernos autos, camiones y rastras que transitan por las carreteras. Y menos información existe sobre el tipo de trueque financiero que se realiza para su adquisición. Tal vez los ómnibus Yutong tomarán la ruta de los Ikarus de Hungría, o los japoneses Hino.

Cada vez son más las naciones que apuestan por novedosas tecnologías para la transportación en zonas metropolitanas. Ciudad de la Habana tiene más de dos millones de habitantes, razón suficiente para que se construya un tren subterráneo, y avenidas, puentes, cruces superiores e inferiores que faciliten la circulación de los automóviles. No hay otro modo de resolver un problema que parece no tener solución.

 

 

 

 
 
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