4 de julio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

La mantequillera 

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) – Lo domingos alternos se sienta en el muro al lado de la panadería. Aunque es conocida por los clientes del pan racionado.  En voz baja anuncia:

-Mantequilla y quesitooo…

Por eso le llaman La mantequillera. Tiene veintidós años y un bebe de uno. Trabaja ocho horas diarias como contadora de una empresa del Poder Popular en Arroyo Naranjo. A veinte kilómetros de su punto de venta.

Vive en la Víbora, en el municipio 10 de Octubre. Vende su producto a trescientos metros del malecón habanero, en el Vedado. Su puesto dominical lo comparte con su madre, hermosa descendiente de asiáticos.

Anuncia mantequilla y queso crema, pero lo que vende es una mezcla de mantequilla, margarina y otros “subproductos” lácteos, elaborados en pequeñas factorías ilegales.  Se levanta antes del amanecer y recoge la carga, que le reporta al día más de lo que gana en un mes trabajando para el gobierno. Por eso nunca falta a su puesto de trabajo dominical.

Le gustan las fiestas y las discotecas.  Disfruta del reggaeton y lo que define como música romántica.  Una mezcla de Olga Tañon con Ricardo Arjona. Admira al dúo Buena Fe. No habla de política y le gustaría largarse de la isla, sobre todo a los Estados Unidos.

Su esposo realiza la misma faena los domingos en una panadería cercana.  Viajan juntos hasta el Vedado en autobús y al descender en la céntrica heladería Coppelia se despiden y cada cual va a lo suyo. 

A las doce del día se reencuentran en el mismo punto y comienzan el viaje de retorno.  Si el domingo fue bueno, subirán a una de esa viejas máquinas americanas conocidas como almendrones, para regresar más rápido a la casa.

La mantequillera se enfrenta a una competencia leal. Los otros vendedores que se sientan en el mismo muro son viejos y viejas que venden preferentemente productos de la cartilla de racionamiento: cigarros, café, dentífrico o bolsas de nylon.  También está el revendedor del diario dominical  Juventud Rebelde y el semanario Orbe. ¿Por qué ella está en esa panadería y no en otra? ¿Por qué no hay rivalidad entre los vendedores? Tampoco lo entiendo. Pero así funciona.

 

 

 

 

 
 
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