2 de julio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Disminuye población por falta de “chaucha”

Alfredo Domínguez Batista, prisionero de conciencia

PRISIÓN PROVINCIAL DE HOLGUÍN, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (2007), el promedio de vida del cubano es de 75 años, segundo lugar en el mundo compartido con países en desarrollo.

Afirma Juan Carlos Alfonso Fraga, director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas, que “si nuestros compatriotas viven hoy más años ello es fruto directo de los altos niveles de educación, salud, cultura, seguridad y asistencia social que disfrutan”.

¡Oiga amigo Fraga, nada de eso se come! Aquí el especialista no menciona la palabra alimentación (chaucha).

La fecundidad en la mujer es el factor del decrecimiento de la población en Cuba, que llegó al nivel más bajo en seis décadas, en el año 2006. Y la población decreció en más de 4 mil habitantes. Al cerrar 2007 las características fueron iguales.  

El especialista Alfonso Fraga especifica que en esto influye la incorporación de la mujer al desarrollo social, y enfatiza que “hay que tomar en cuenta otros factores condicionantes como son los problemas de vivienda (¡hasta cuándo !), el costo de la vida, la carencia de servicios de apoyo al hogar, dificultades con los productos de la canastilla (en este caso Fraga podría haber dicho la costosa canastilla, pero bueno), la carga que representa para la mujer criar sola a los hijos o atender a los ancianos del hogar, y la emigración”. Ya se anticipaba que  faltaba poco para culpar a los vecinos del norte.

Y el punto más fuerte en la reflexión, es cuando Fraga dice: “El costo de la vida”. Este costo de vida abarca 50 años. ¿A qué se refiere? Miren, lo racional, luego de la vivienda, el trabajo y la vestimenta, para hablar modestamente, es la alimentación, que pasa del último al primer puesto.

El señor Alfonso Fraga no menciona directamente los alimentos. Parece que los dirigentes cubanos tienden, en la modernidad, a pensar que la mujer cubana prioriza el gusto de mantenerse flaca para gozar de buena apariencia.

Tomar el factor “alimento” como el más eminente culpable de la reducción familiar, por temor a la desnutrición infantil, es un análisis prohibido al señor Alfonso Fraga, pues le darían de baja y perdería la buena vida. No más hay que aparentar y decir todo lo que cuide la fachada del reino comunista.

 

 

 

 
 
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