¡Qué bonita es Barcelona!

Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) – Los cubanos que viven en Barcelona, trátese de la ciudad condal, o de la habanera calle, se consideran muy afortunados.

Los de España por razones obvias. Los de La Habana porque su calle y las fachadas de los edificios de dos a cinco plantas que habitan se están reparando. Algunos, de la época colonial; los otros, de épocas más recientes, se extienden a través de tres cuadras, desde la calle Industria, al fondo del Capitolio, hasta la comercial avenida Galiano. El Ajuntament de Barcelona se ocupa de los gastos de reparación. El trabajo especializado corre a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

A diferencia de la lenta reconstrucción de las fachadas de los edificios del Malecón (también con donaciones de España), que se inició hace una década, la de la calle Barcelona ha tomado la delantera en la carrera por el embellecimiento de la ciudad.

Hace unos años, también a cargo del gobierno de Barcelona, se intentó remodelar la calle. Ahora el proyecto es más amplio. De aquella primera reconstrucción queda la hermosa Plaza Barcelona, en el espacio que ocupaba un edificio que cantó su último cuplé y se vino abajo. El parque, de frondosa vegetación que cobija de sombras al caminante, mantiene su belleza aunque, momentáneamente, es un almacén de materiales de construcción.

El vecindario del pintoresco y cercano Barrio Chino se siente también afortunado. Viviendas, calles e infraestructura cobran el beneficio de las relaciones placenteras entre Cuba y China.

La antigua institución cultural española, Concepción Arenal, frente al Capitolio, fue objeto de una reconstrucción capital, gracias a la ayuda de la Junta de Galicia. Ahora es una escuela primaria.

Otras muchas edificaciones ruinosas que afeaban la ciudad han resurgido como Ave Fénix gracias a la ayuda del exterior. Sin embargo, los habitantes de los barrios El Sevillano, La India, California, Los Ángeles, Buenos Aires, Casablanca, y las avenidas y calles como George Washington (Malecón), Bélgica (Monserrate), Carlos II (Allende), suspiran por encontrar sus patrocinadores correspondientes.

En tanto, los residentes de los barrios El Rubio, Luyanó, Santos Suárez, La Vibora, Las Cañas, Chaple, Aranguren, Santa Amalia, Gavilán, Poey, El Naranjito, y otras comunidades, tendrán que ponerse en cola a ver si les llega su aguacero de mayo.

Los pobladores de Cojimar, Guanabo y Bajurayabo nunca encontrarán a quienes les maquillen el rostro por la vía del nombre. Pertenecen a la toponimia aborigen, desaparecida hace siglos del entorno nacional.

La reconstrucción de la calle Barcelona sirve como botón de muestra de lo mucho que hay que hacer para rehabilitar a la ciudad, que padece depauperación progresiva.