19 de agosto de 2008
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PEKIN 2008 / TIEMPO EXTRA
Usain Bolt y los huracanes
 

RAUL RIVERO

La misma mezcla de razas y culturas que le dio a Usain Bolt el poderío físico para correr 100 metros planos en 9.69 segundos, le dictó la ocurrencia de comenzar a celebrar su victoria cuando todavía le faltaba un tramo para cruzar la meta.

Nacido en la zona norteña de Trelawny, Jamaica, en 1986, el atleta viene de la tradición de un país que ama el atletismo, tiene pasión por las carreras de distancias cortas y ha dado al deporte decenas de figuras de alto nivel. Como Jamaica está en ese Caribe que se propone ser despreocupado, musical y alegre, Bolt hizo una demostración del contenido de pólvora de esa combinación el sábado, ante el público que llenaba el Estadio Nacional de China y ante millones de televidentes.

Es un hombre alto (1.90) de 76 kilogramos de peso y, dicen los especialistas, que se trata de un caso atípico para atletas de esta disciplina, que suelen ser más fornidos. El caso es que Bolt hizo su vuelo rasante, ganó la medalla de oro, impuso un nuevo récord mundial y luego comentó que se había preparado bien. Nada más.

Su nombre está inscrito como el del primer corredor juvenil que bajó de los 20 segundos en los 200 metros, con un tiempo de 19.93. Compite desde los 15 años y sus entrenadores supieron enseguida que sería un deportista de alto rendimiento. A partir del año pasado, el jamaicano entró en un trance triu nfal que le permitió dejar botados en sus carrileras a los dos hombres que llevaban la voz cantante: Asafa Powell y Tyson Gay. La prensa deportiva vaticinaba desde hace meses que el encuentro de los tres velocistas en Pekín sería una verdadera pelea de perros. Pero el estadounidense, afectado por varias lesiones, ni siquiera clasificó para la final. Powell se quedó en un discreto quinto lugar y se congratuló por el éxito de Bolt. El, ya se sabe, entró a la raya final con esa rumba fugaz que, según calculan especialistas que estudiaron las zancadas, le pudo atrasar unas 10 décimas de segundo.

El caso Bolt ha hecho que muchos estudiosos vuelvan sobre el fenómeno de Jamaica, un país con un poco más de dos millones de habitantes, como una mina de grandes velocistas. En el pasado de este hombre están las dotaciones de esclavos llegados al Caribe desde Africa Occidental. Se supone que las duras condiciones de aquel territorio les obligaba a desarrollar unas condiciones físicas extraordinarias para vivir allí.

Se habla, además, de que algunos investigadores aseguran que las personas nacidas en determinadas regiones de Jamaica tienen un tanto por ciento superior de una sustancia que facilita la contracción de las fibras de los músculos de las piernas. Todo es posible y todo sigue en estudio. Lo que es verdad es que en Kingston, su capital, se concentran los mejores corredores del país en una gran competencia anual . Usain Bolt salió de ahí. Entrena con disciplina y talento. El Caribe puede influir por sus orígenes y por su posición geográfica. Esa región tiene unas corrientes misteriosas: los rones de Jamaica, de Puerto Rico, Haití, Santo Domingo y Cuba son buenos porque se exponen varios meses al año a los vientos alisios.

Para que se comprendan bien las condiciones extraordinarias de ciertos atletas, la prensa le pone sobrenombres. En estos Juegos Olímpicos están dos ejemplares famosos: Michael Phelps, el Tiburón de Baltimore y El relámpago Usain Bolt.

Cuando Bolt entró por la meta con su 9.69 le dio el golpe de luz de un relámpago al Nido del Pájaro. Y al mundo.

 

 

 

 

 
 
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