12 de agosto de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Papirí no quiere ser esclavo 

Fabio Prieto Llorente, prisionero de conciencia 

PRISIÓN EL GUAYABO, ISLA DE LA JUVENTUD, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - El negro y débil visual Rafael Villalón Vaso, alias Papirí, de 40 años, lleva 26 de encierro sin que sus carceleros consigan doblegarlo. Su resistencia parece infinita. 

El 9 de abril, cuando di a conocer abusos contra Villalón Vaso, los militares lo devolvieron a una celda por auto agredirse. En ella permaneció 41 horas, esposado y encadenado a la cintura. No le retiraron las esposas ni para defecar. Nació mal parado diría Silvio Rodríguez, y es cierto. 

Papirí ingresó a una prisión infantil a los 14 años. Allí aprendió a no creer en la palabra  de sus carceleros. Las veces que ha visto las calles, sin un medio en el bolsillo, ha sido para volver cargado de años. 

En 26 años de prisión Papirí no ha tenido un hecho de sangre. Esto no impide que las autoridades, para justificar sus abusos, lo tilden de loco e indisciplinado. La realidad es que las injusticias se han ido acumulando. 

Papirí no pudo estar presente ni en el velorio de su madre, único ser humano que tenía en la vida. No pudo porque las autoridades no quisieron, según afirma. 

Hace unos meses el jefe de reeducación, 1er Teniente Ruiz, le dijo que si salía de la celda lo pondría a trabajar. Esa es la principal reclamación de Villalón Vaso, que los militares le den un trabajo con salario de 225 pesos, equivalentes a 10 dólares. A otra cosa no puede aspirar.  

Las autoridades no quieren ni hablar de ello, les parece una estupidez gastar salario en un preso cuando otros realizan la misma labor con tal de salir de los barracones o por la promesa de un pase, una visita conyugal extra, o ponerlos en el régimen de mínima severidad cuando les toque. 

Muy pocos presos reciben salarios por trabajar en la prisión El Guayabo. La mayoría de los reos empleados hacen trabajo gratuito, que en otros países llaman trabajo esclavo. El Partido Comunista de Cuba (PCC) le llama “trabajo voluntario”. 

La mención del cantautor a principios de este trabajo fue a propósito. Las autoridades de la prisión prepararon el escenario para su presentación en este oscuro rincón del mundo, donde las discretísimas cámaras de la televisión al igual que Silvio Rodríguez, trataron de que todo estuviera bien. 

 

 

 

 
 
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