4 de agosto de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Sin novedad aparente

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Aysbel tiene veinte años y se apoya en ellos para seguir adelante. Muchos piensan que está herida de muerte. Y no sin razón. Pero ella confía en que podrá realizar el sueño de muchos seropositivos: vivir hasta que la ciencia descubra un medicamento que elimine la enfermedad.

A pesar de su condición de seropositiva, la belleza de los rizos castaños y sus ojos azules no la han abandonado. Más padece su madre, a  quien la mala nueva del contagio de su hija menor la ha envejecido de golpe.

Los primeros días después de conocer su enfermedad en un centro de prevención de su municipio, se sintió morir. Sin embargo, ser asintomática aún y el trabajo sicológico del educador y los jóvenes promotores en un grupo de discusión contribuyeron a que sobrellevara mejor el porrazo.

Aysbel tuvo relaciones sexuales con un joven, Roberto, que a su vez mantenía relaciones esporádicas tipo con un amigo, y este último con un turista extranjero que visitó varias veces La Habana. Cuando el amigo contrajo la infección, se vio obligado a hablar con quienes mantuvo contacto sexual durante ese período de tiempo, y claro está, con Roberto.

Aunque el mayor grupo de riesgo de infección por VIH en Cuba es el de los HSH (hombres que tienen sexo  con hombres), la extensión de la infección por VIH en mujeres ha aumentado, sobre todo en al capital.

Desde el año 1986 hasta 2004 se reportó en Cuba la cifra de 1 204 casos de VIH en mujeres. El 39 % de las infectadas, 473 casos, residía o reside en Ciudad de La Habana, siendo los municipios 10 de Octubre,  Habana Vieja, Centro Habana y Arroyo Naranjo los que arrojan números más altos de infectadas. La mayoría entre las edades de 20 a 39 años, según un estudio de las autoridades de Salud Pública.

La falta de reconocimiento de los HSH en la sociedad ocasiona que muchos varones bisexuales o con tendencias a seguir esa orientación sexual, mantengan relaciones íntimas con mujeres jóvenes. Generalmente, varones jóvenes salen a la playa, a discotecas o fiestas en grupo con sus novias, con quienes sostienen relaciones de forma esporádica.  Luego de cierto período de abstinencia, tratan de satisfacer sus deseos manteniendo contacto de tipo HSH.

El error de desdeñar el uso del condón o preservativo, además de ignorar formas de descargar la tensión sexual con la adopción de procedimientos de satisfacción sexual que no contemplen la penetración, es un factor muy importante de contagio.

En los estudios consultados, se estima que las mujeres jóvenes no están en condiciones de convencer al hombre del uso del preservativo. Por otra parte, el rol tradicional de la mujer en el juego sexual es mostrarse pasiva, mientras es el hombre quien cumple el rol activo en el proceso.

Por último, está el desconocimiento de las mujeres jóvenes de formas de prevención del VIH. Si tenemos en cuenta todo lo anterior, constatamos que practicar un sexo seguro implica desde el conocimiento profundo de las características de la pareja hasta el uso del condón como medida de protección.

No se piense que por ser mujer y mantener relaciones con alguien aparentemente heterosexual, está fuera de peligro.

 

 

 

 
 
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