1 de agosto de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Humor en Miramar


Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Dos disciplinas artísticas afines han contribuido a dar saltos dentro de la psicología social cubana, en las dos últimas décadas; la cinematografía y el humor. Y a pesar de que específicamente a los poderosos no les suelen gustar las bromas, es precisamente el humor quien ha venido a socorrer las necesidades de esparcimiento de una buena parte de la población capitalina. Para mayor curiosidad el espectáculo tuvo lugar en el teatro Karl Marx, con funciones programadas del 28 al 3 de agosto.

Un elenco dirigido por el humorista Ulises Toirac (Chivichana) y patrocinado por el Centro Promotor del Humor (CPH), prepararon un espectáculo que se adentra en los problemas que atraviesa la sociedad cubana. El tema tiene que ver con la Olimpiada de Beijing. 

Bajo el formato del programa televisivo ¿Jura decir la verdad?, se abordan los más diversos temas de la cotidianidad.

Pocos temas quedaron tras bambalinas. Se recrearon asuntos como el incremento de los precios en el mercado interno, la dudosa calidad de algunos productos chinos, la consecuencia de las deudas a largo plazo, la problemática de los deportistas dentro de la Isla, las desigualdades sociales, los anhelos de muchos cubanos de abandonar el país, las ridiculeces, dobleces y contradicciones del régimen, el dilema de la doble moneda circulante, el mercado negro, la persecución a los propietarios de antenas parabólicas, el veto al uso de Internet, los teléfonos móviles, el ostentoso nivel de vida de algunos dirigentes. Incluso, por primera vez aparecen burlas expresas al presidente, pues a Raúl Castro el pueblo lo ha bautizado como el chino. Para mayor asombro, algunos de los artistas dieron claras demostraciones de aprecio por artistas como Carlos Otero, Susana Pérez y el Bongo Quiñongo, que en el pasado reciente eran calificados como desertores y a los cuales no se podían hacer referencias públicas.

El casting estuvo lucido, pues además del ya mencionado Chivichana, estaba integrado por Bárbaro Marín, Luis Alberto García Jr. (El Chino), Jorge Félix Alí, Hilario Peña, Luis Carrere, Geonel Martín (Gustavito) y Alianis de La Cotera (Cuquita la Mora).


Todo indica que se han abierto algunos espacios a la crítica, como demuestra esta obra, aunque el desarrollo del humor ha atravesado un camino tortuoso, durante casi medio siglo. Nadie se llame a engaño; una golondrina no hace verano, y el futuro de este género en Cuba aún está por verse.

 

 

 

 
 
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.