DISIDENCIA
Algo a tener en cuenta
José Antonio Fornaris, Cuba Verdad
LA HABANA, Cuba - Julio (www.cubanet.org) - En
agosto de 1991 un integrante de la incipiente
oposición cubana, Daniel Aspillaga, llamó
a realizar una manifestación frente al
cuartel general de la policía política,
Villa Marista, para solicitar la libertad de los
presos políticos.
Aspillaga utilizó "La voz de la Fundación",
con sede en Miami, para anunciar la realización
de esa manifestación, y dijo, además,
que esperaba que los hermanos o amigos del Comité
de Unidad Nacional lo apoyaran en esa empresa.
El Comité de Unidad Nacional había
sido creado cinco meses antes. Yo fui uno de sus
fundadores. No estuve de acuerdo con lo de la
manifestación frente a Villa Marista, primeramente
porque se nos había comprometido públicamente
con un hecho del que nada se nos había
informado; segundo, porque me parecía absurdo
pedirle a la policía política que
le diera la libertad a presos políticos
cuando ellos están precisamente para quitar
la libertad; tercero, porque eso podía
dar al traste con una organización que
tenía perspectiva e ideas que aplicar;
y cuarto, que eso podía llevarnos a todos
a la cárcel y dejar, sin previo aviso y
sin la más mínima preparación,
a nuestras familias abandonadas.
Aspillaga fue golpeado en los alrededores de
Vila Marista y fue condenado a prisión.
Raúl Dimas González, que salió
en su defensa, también fue golpeado y detenido.
De las ocho o nueve personas que participaron
en esa manifestación, exceptuando a Fausto
Adolfo Martí, que luego resultó
ser el primer teniente "Fabián",
de la Seguridad del Estado, todos se encuentran
en el exilio desde hace algunos años.
El pasado viernes 22 de julio la Asamblea para
Promover la Sociedad Civil en Cuba trató
de realizar una manifestación frente a
la embajada de Francia en La Habana. De acuerdo
con lo que he escuchado decir a su vocero, la
manifestación era para solicitar la liberación
de los presos políticos y mostrar el desacuerdo
con el llamado diálogo de la Unión
Europea con el gobierno de Castro.
Hubo treinta y un detenidos. Aún quedan
diez en los calabozos de distintas estaciones
de policía, entre ellos el abogado René
Gómez Manzano y el periodista Oscar Mario
González, personas que son mucho más
necesarias fuera que dentro de un calabozo.
Confieso que no entiendo muy bien los objetivos
de esa manifestación. Francia no da libertad
a los presos políticos en Cuba, y en cuanto
al diálogo de la Unión Europea con
el gobierno de La Habana, la nación que
en estos momentos está presidiendo la UE,
Gran Bretaña, y que presiona a los europeos
con el mensaje de que podemos ser tan intolerantes
como el propio régimen comunista, no parece
ser una buena táctica. Evidentemente, es
mejor tratar de convencerlos de que el gobierno
de La Habana es muy similar al que hubo en Sudáfrica
durante la época del Apartheid, y que se
le debe dar el mismo tratamiento.
La Asamblea para Promover la Sociedad Civil en
Cuba efectuó en mayo último una
reunión nacional. El hecho mismo de que
pudiera reunirse fue un logro innegable. Soy de
los que pensaba que eso no iba a ser posible.
Creo que el apoyo moral que dio a ese evento el
Senado de los Estados Unidos fue decisivo para
que esa reunión se realizara.
Aunque he escuchado comentarios en el sentido
de que esa reunión pudo haber sentado pautas
sobre el cauce del país hacia el desarrollo
de la sociedad civil, ya que es una organización
para esos fines y no un partido político.
El hecho cierto es que tomaron acuerdos que, lógicamente,
deben estar tratando de materializar, y quizás,
si algunos de sus integrantes van a la cárcel,
lo que acordaron, o los planes para un futuro
inmediato a favor de la promoción de la
sociedad civil, no los puedan llevar a cabo.
Contrariamente a lo que algunos dicen de que
hay líderes en la oposición interna,
yo pienso que hay figuras, y las figuras pueden
crearse. Si existe algún líder es
a un nivel muy escueto, aunque tal vez el líder,
como lo hemos conocido hasta ahora, no sea tan
necesario. De todas formas, figura o líder,
necesitan asesoramiento.
Cuando alguien se enfrenta a una tarea importante,
o tiene ante sí una gran empresa, esto
es bien sabido, se hace necesario algo muy capaz,
algo incansable. Y eso sólo es la unión
de varios cerebros. Ninguna persona, por muy dotada
que sea puede suplir eso. Es algo que la oposición
o la disidencia de la Isla debería tener
muy en cuenta.
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