La Habana no piensa escuchar
las peticiones de la UE sobre los disidentes
El embajador cubano en Gran
Bretaña aclara que las recientes excarcelaciones
de opositores no responden a un cambio de actitud
del gobierno.
Encuentro
en La Red, España, 18 de junio de 2004.
El gobierno cubano no tiene intenciones de escuchar
las peticiones de la Unión Europea (UE)
para que suavice su postura respecto a los miembros
de la disidencia interna.
"Queremos relaciones amistosas con Europa,
queremos comercio con Europa", dijo no obstante
el miércoles el embajador cubano en Gran
Bretaña, José Fernández de
Cossío, en una entrevista concedida a la
agencia Reuters.
La UE, principal inversor y socio comercial de
la Isla, renovó el lunes su posición
común sobre Cuba, en la que desde 1996
pide al régimen de Fidel Castro que propicie
una transición hacia la democracia y respete
los derechos humanos.
El lunes, los Veinticinco ratificaron también
las sanciones diplomáticas aprobadas en
junio de 2003 contra La Habana para protestar
por el encarcelamiento de 75 disidentes, condenados
a penas de hasta 28 años.
Una de las medidas adoptadas entonces por la
UE fue la de invitar a opositores y familiares
de presos políticos a las recepciones por
fiestas nacionales que realizan las embajadas
de los miembros de la Unión en la Isla.
La decisión enfureció al gobierno
cubano, que rechazó la ayuda europea para
el desarrollo y congeló las relaciones.
Fernández de Cossío aclaró
que las excarcelaciones de seis disidentes en
los últimos dos meses -de ellos, dos integrantes
del grupo de los 75, a quienes las autoridades
de la Isla concedieron licencias extrapenales
por motivos de salud, y otros cuatro opositores
que llevaban dos años encarcelados sin
juicio- no responden a un cambio de actitud del
gobierno con respecto a la disidencia.
"Se aplicó la ley cubana, las leyes
cubanas son interpretadas por las instituciones
cubanas. Cuba no aplica sus leyes en respuesta
a presiones externas", dijo al rechazar la
posibilidad de que Cuba realizara algún
gesto relacionado con los presos políticos
para aliviar las tensiones con la UE.
El gobierno de Fidel Castro, en el poder desde
1959, considera a todos los disidentes como contrarrevolucionarios
financiados por Estados Unidos para socavar su
revolución, y acusa a la UE de haber cedido
a las presiones de Washington para que endurezca
su posición respecto a la Isla.
Fernández de Cossío señaló
que la única manera de desbloquear la situación
actual con los Veinticinco sería que la
UE "dejara de actuar como un espejo de Estados
Unidos".
La UE, que se opone al embargo de Estados Unidos
a Cuba, ha pedido por su parte a La Habana que
tenga algún gesto democratizador antes
de retomar el diálogo.
Fernández de Cossío no quiso comentar
sobre la postura hacia Cuba de los nuevos miembros
de la UE, antiguos países del bloque soviético,
pero dijo que "no hay nada peor que un converso".
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