El
decreto 232 y la represión contra el cuentapropista
No hay
invento pa' nadie
LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - El año en curso ha sido muy duro
para los cubanos. A costa de la "ofensiva contra las drogas", en enero
pasado se cometieron muchas injusticias contra los cuentapropistas y pueblo en
general. Todo vestigio de negocio al margen del control estatal quedó en
peligro de extinción. No hubo anciano que vendiera pasta dental o durofríos
que no fuese interrogado acerca de la procedencia de las mercancías y
multado por no poseer la licencia gubernamental.
La gente se siente contra la pared. Oscar, de 46 años, se dedica a "botear"
(alquilar su auto particular) ilegalmente pues cada vez que se presenta a pedir
una licencia le informan que "por el momento no se están otorgando".
"Me obligan a ir contra la ley", manifiesta luego de narrar que es
Maestro Primario y que no desea trabajar para el gobierno por los míseros
salarios. "¿Cómo es posible que el gobierno desee salir de la
miseria si no permite que la gente trabaje de manera limpia?", pregunta
mientras recibe la aprobación del resto de los pasajeros, quienes le dan
el dinero del viaje a escondidas para que no los pille un policía o
inspector.
Ni la lógica ni la coherencia rigen la vida nacional. Por un lado,
las autoridades exigen "Socialismo o Muerte" y por otro no permiten
que los cubanos prosperen. Poseer unos miles de dólares es suficiente
para que cualquiera sea llevado frente a un Tribunal por "acaparamiento ilícito"
o cualquier otra tipificación de delitos.
Aumentar el nivel de vida, mientras no se es un destacado dirigente
comunista, puede llevar a la delación por parte de los Comités de
Defensa de la Revolución y ser "chivateado" ante las
autoridades. Con frecuencia se escucha "A fulano le metieron un chivatazo",
es decir, alguien lo delató o lo "echó pa'lante", como
también decimos aquí.
Lo cierto es que hay que andar con cuidado y tratar de vivir del salario, lo
cual es algo literalmente imposible. No por gusto cualquiera que busca empleo lo
primero que averigua es si puede "resolver" algo. Aunque esto sólo
consista en un plato de arroz y chícharo diario o una merienda de pan con
jamón y refresco para venderla a 20 pesos y sacar los gastos del día.
Un obrero cubano no gana más de 10 dólares al mes y lo peor de
todo es que los gastos principales de aseo y alimentación hay que
hacerlos en las "shoppings" (tiendas que venden todo tipo de artículos
en dólares).
Nadie debe dudar que Cuba necesita una apertura económica. A costa de
mantener el socialismo tropical se está sumiendo a la Isla en una
bancarrota que parece no tener fin.
Sólo un milagro nos salvaría de la miseria nacional pero, por
ahora, como manifestó Oscar a sus pasajeros: "Aquí no hay
invento pa'nadie". cnet/11
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