El Nuevo
Herald, febrero 21, 2003.
La frustración reina en un filme sobre balseros
Wilfredo Cancio Isla. El Nuevo Herald
Misclaida González terminó involucrada en el narcotráfico
en Albuquerque, Nuevo México, añorando sus años de vida en
Cuba. ''Me encantaría viajar por el mundo, pero más me gustaría
regresar a mi país'', confiesa la joven.
''Tengo la dicha de ser un sobreviente de las calles de Nueva York'',
declara Oscar del Valle, quien se ha refugiado en un pequeño poblado de
Pensilvania para escapar de sus vínculos con grupos mafiosos.
Para Rafael Cano, sus aspiraciones de tener ''una casa, un carro y una buena
mujer'' han terminado sepultadas por un accidente que le quebró las
piernas y lo condujo al fanatismo religioso en un hospicio de San Antonio,
Texas.
Sus historias personales forman parte del documental Balseros, de los
realizadores catalanes Carlos Bosch y Josep Domenech, el cual se presentará
mañana en el XX Festival Internacional de Cine de Miami. Con dos horas de
duración, la película comenzó a filmarse durante el éxodo
masivo de 1994, prosiguió en la base naval de Guantánamo y concluyó
en Estados Unidos siete años después.
Bosch y Domenech entregaron en 1996 una primera versión de 58
minutos, tejiendo los testimonios y las trayectorias de siete balseros
seleccionados al azar, quienes abandonaron la isla con un ideal de prosperidad.
Pero lo que la pesquisa cinematográfica arroja en este segundo capítulo
son, en su mayoría, desenlaces de fracaso y frustración.
''Es una película llena de dramatismo, porque emigrar es un drama
para cualquier persona, vaya adonde vaya'', dijo Bosch en entrevista con El
Nuevo Herald. "La emigración es como un caballo salvaje''.
Se calcula en unos 35,000 los cubanos que salieron en balsas rústicas
del país durante la crisis migratoria de 1994.
Bosch, de 50 años, vendrá a Miami para la presentación
del documental, consciente de que puede despertar polémica entre la
comunidad cubana.
''Sé que podrá haber gente que me criticará por no
fustigar al sistema comunista suficientemente, pero a diferencias de otras
oleadas migratorias de cubanos, la crisis de los balseros [de 1994] tuvo una
motivación esencialmente económica'', afirmó.
El realizador considera que "la vida americana es muy dura y poco
atractiva para cualquier emigrante, especialmente para los cubanos''.
''Quisiera que los cubanos tengan más elementos de juicio a la hora
de irse'', manifestó el cineasta. "Aunque reprocho la falta de
libertades y las cosas que están mal en Cuba, reconozco que allí
hay un sentido de la justicia social y un intento honesto de construir un modelo
social diferente''.
Balseros --realizado a un costo de $900,000-- fue premiado como mejor
documental durante el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana del
pasado año.
Las autoridades culturales cubanas admitieron esta versión luego de
que en 1996 rechazaran presentar la versión inicial, que sí se
proyectó en Miami.
''Balseros es la fantasía hecha realidad de cualquier director de
cine de la izquierda de salón europea: cubanos que fracasan en busca del
sueño americano'', comentó el crítico Alejandro Ríos,
promotor del Ciclo de Cine Cubano del Miami-Dade Community College.
Ríos consideró que Miami y otros lugares del mundo
desacreditan todos los días con ejemplos de triunfadores, en los más
variados campos, la tesis del documental.
''Aquí se trata de equiparar el éxodo desesperado del cubano
como otro incidente económico del llamado Tercer Mundo, convirtiendo en
anatema la palabra libertad'', agregó el crítico de cine.
La socióloga Silvia Pedraza, profesora de la Universidad de Michigan,
indicó que no pueden desligarse las motivaciones políticas y económicas
entre los protagonistas del éxodo cubano de 1994.
''Cuba es una sociedad donde los problemas económicos son derivados
del sistema político'', señaló la profesora Pedraza, quien
tiene en proceso el libro Desafecto político: Cuba, revolución y éxodo.
La profesora ha investigado el asentamiento de unas 500 familas cubanas en
el poblado de Lansing, Michigan, a partir de 1995.
"Pueden existir fracasos, pero en general se trata de gente que ha
prosperado de modo impresionante, con un buen nivel educacional y una encomiable
capacidad de superación''.
Castro Rumbo A Vietnam. Efe
PARIS
El gobernante cubano, Fidel Castro, abandonó esta noche Francia rumbo
a Vietnam, tras una escala de varias horas en París.
Desde Vietnam, Castro proseguirá viaje a Kuala Lampur para participar
en la cumbre de los países no alineados.
De acuerdo a un cable de la Agence France Presse, la escala del gobernante
cubano en París fue sorpresiva y misteriosa. Castro oficialmente
''descansó'' unas horas en un hotel que comunicaba directamente con el
edificio donde se celebraba la cumbre Francia-Africa, en la que participaban 45
jefes de Estado y de Gobierno.
Castro llegó al aeropuerto parisino de Orly a las 14H15 locales
(13H15 GMT) y luego se alojó en el hotel Concorde Lafayette, que comunica
por un pasillo interior con el Palacio de Congresos, donde tiene lugar la cumbre
africana.
Según fuentes de la embajada y de la comitiva de cerca de cincuenta
personas que lo acompañan en su viaje, el mandatario sólo efectuó
esta escala ''para descansar'' antes de seguir rumbo a Hanoi.
El ministerio francés de Relaciones Exteriores también habló
de ''escala técnica'' y negó que Castro sostuviera contactos con
responsables del país europeo.
La única información que trascendió fue la visita que
efectuaron unos 40 cubanos radicados en París a las 21H00 locales (20H00
GMT) y que acudieron al hotel oficialmente a saludar a Castro.
''Hemos solicitado una entrevista con él y esperamos que acepte'',
explicó uno de los presentes que habló con la prensa antes de ser
autorizado a subir al salón del piso 30.
Castro salió del hotel por una puerta trasera para evitar a la prensa
y al grupo de opositores que se habían congregado en el vestíbulo
del edificio.
En cambio, los manifestantes abuchearon e insultaron al ministro de
Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, que sí salió por
la puerta principal.
''Cuba Sí, Castro No'' y ''Libertad para Cuba'', fueron algunos de
los lemas coreados.
Experto advierte sobre el poco monto de las compensaciones
Christina Hoag. The Miami Herald
Los cubanos cuyas propiedades fueron confiscadas por la revolución de
1959 debían prepararse para recibir sólo una compensación
formal de cualquier gobierno post-Castro, advierte un ex funcionario
norteamericano que encabezó la campaña de 1990 para reparaciones
por el Holocausto.
''Cuba es un país muy pobre. Va a necesitar miles de millones de dólares
en asistencia de Estados Unidos y del resto del mundo para su reconstrucción'',
dijo Stuart E. Eizenstat, que fuera enviado especial del presidente Bill Clinton
para la restitución de propiedades en la Europa central y oriental, y
como enviado especial para promover la democracia en Cuba.
Eizenstat le habló a los periodistas el jueves en Coral Gables sobre
su libro: Imperfect Justice: Looted Assets, Slave Labor and the Unfinished
Business of World War II (Justicia Imperfecta: Bienes Saqueados, Trabajo Esclavo
y el Negocio Inconcluso de la II Guerra Mundial) en una sesión sostenida
por Zoom Medida Group, un editor de revistas.
Al igual que en los antiguos países socialistas de la Europa del
Este, dijo, un nuevo gobierno cubano simplemente no va a tener los recursos para
pagarle a los antiguos propietarios en los casos donde la devolución de
las propiedades resulte impráctica.
''Los dueños originales debían recuperar sus propiedades si el
estado es el dueño'', dijo. "Pero si esa propeidad ha sido
convertida a otro uso, como una escuela, por ejemplo, uno no puede súbitamente
arrancarla de su lugar''.
En Europa, esos dueños han recibido de los escasos fondos
gubernamentales alrededor de unos cinco centavos por cada dólar.
A principios de los años 70, el gobierno de Estados Unidos certificó
5,911 reclamaciones cubanas de propiedades confiscadas. Probablemente haya más,
dijo Eizenstat.
''Este es uno de los mayores retos de la Cuba post-Castro'', dijo. "Es
importante que este problema se ponga sobre la mesa y que el gobierno de EU
sirva de mediador en cualquier disputa entre las reclamaciones privadas y el
gobierno cubano''. |