CUBANET .INDEPENDIENTE

14 de febrero, 2003

¿Qué hacer con las heridas?

Manuel Vázquez Portal, Grupo Decoro

LA HABANA, Febrero (www.cubanet.org) - Tengo delante de mí unas cartas y un libro. Las cartas son de José Lezama Lima, quien no padeció más exilio que el que le impusieron dentro de su casa de Trocadero 162, dirigidas a su hermana Eloísa; el libro, Isla tan dulce y otras historias (cuentos de la diáspora), compilados por Carlos Espinosa, cubano residente en Miami, prologado por Francisco López Sacha, ¡y publicado por Letras Cubanas! Qué noble empeño ése de que la Patria se una, por lo menos, a través de la literatura, qué bello afán de la bondad. Pero, ¿qué dividió a la Patria, dónde estaban estos seres generosos que hoy se amalgaman y antes permitieron la atomización, qué fuerza no les permitió el abrazo desde siempre? Las razones son obvias y las heridas latentes. ¿Qué hacer con las heridas cuando el abrazo sea más limpio? ¿Las cicatrices no serán muy amargos recuerdos? ¿Cuánto de Nazareno necesitaremos para tanto perdón? ¿Quién pagará por tan ásperos calvarios?

De las heridas supura este hilillo de agonía que escucho cuando Lezama escribe a su hermana: "Qué desconcierto, querida, por todos lados. Y el sujeto, la persona, el hombre enceguecido dentro de su destino. ¿Qué tiempo demorará que este desconcierto se concierte, que a este caos le surja un cosmo con nariz y todo? En el viejo puerto brumoso los sirénidos de la imaginación no convocan a los navegantes aventureros. Una sola línea, una sola deidad inexorable, un Moloch: el estado como la más fría ballena, dormida entre los hielos".

La ballena comenzó a desperezarse cuando el sol del trópico inundó otras fronteras y las fronteras comenzaron a mirar con malos ojos a la ballena, y la ballena se sintió en peligro y poco a poco, muy cautelosa, ha ido permitiendo a los sirénidos de la imaginación navegar un tanto más lejos, pero no tanto que se pierdan de vista. Eso ha permitido, de un tiempo acá, que en amagos de comprensión, de amplitud de pensamiento, regresen los hijos pródigos: ¿perdonan los padres a los hijos o necesitan, implorantes, que los hijos los perdonen a ellos? Será cosa de ver. Por lo menos ya se puede leer a Severo Sarduy y a Gastón Baquero sin que sea "un problema ideológico", ya se puede hablar de la literatura escrita en el exilio sin que te acusen de alabar "a los traidores", ya el "período gris" parece ir recuperando su albura.

Pero, ¿y las heridas? Escucho otra vez el goteo sanguinolento del alma: "La universidad de la Aurora, en Cali, Colombia, me invitó al IV Congreso de la Narrativa Hispanoamericana, con tal de que diera una charla o una conferencia con otros dos escritores. Llegaron los pasajes aquí a La Habana, pero el resultado fue el de siempre: no se me concedió la salida. Ahora recibo otra invitación del Ateneo de Madrid, para dar unas conferencias. Siempre acepto, pero el resultado es previsible..."

Era Lezama en agosto de 1974 quejándose a su hermana Eloísa. Y hoy, a quién le escribe Raúl Rivero doliéndose porque no le permiten viajar a una feria del libro en Miami o México; a quién le escribo yo contándole que después de 19 años mis libros premiados en concursos de la UNEAC y el Ministerio de Cultura no se hayan publicado aún; a quién pudo haberle escrito Guillermo Cabrera Infante por su Habana perdida; a quién le escribió Antonio Benítez Rojo; a quiénes les escriben Manuel Díaz Martínez o Pío Serrano; a quiénes les escriben Daína Chaviano o Ramón Fernández Larrea. Habrá tantas cartas apergaminadas en el futuro que, a lo mejor, lo sensato será olvidarlas.

Pero, ¿y las heridas? ¿Se sanan las heridas con unas nobles palabras salidas de un noble hombre, que es a no dudarlo Francisco López Sacha, cuando escribe en el prólogo del libro Isla tan dulce... "Por eso es necesaria esta presencia en el panorama de nuestras Letras, esta compilación que no puede ser una antología, ni lo pretende, sino tan sólo una muestra de algo que nos pertenece y estamos en la obligación de rescatar?"

¿No era una obligación , estética, moral, no haberla permitido nunca, y nos hubiéramos evitado la penosa obligación de rescatarla ahora? ¿Quién produjo el extravío? Ah, las circunstancias históricas. Y las circunstancias históricas nos obligan ahora al rescate. "Y el hombre... pobre, pobre", en medio de ese vapuleo de circunstancias históricas, "vuelve los ojos como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada ... y la resaca de todo lo sufrido se empoza como charco de culpa en la mirada". Las heridas están ahí. Por más que se enmascaren están ahí. ¿Quién las redimirá?

El dolor no es polvo que se acumula sobre una mesa de noche y luego el plumero diligente limpia con el mayor de los desenfados. El dolor es más hondo y cala más fuerte. Tratar de evitarlo después de provocado es producirlo dos veces, pero, ¿qué saben del dolor quienes lo inducen? Leo adolorido, sangrando, las siguientes líneas: "La aparición de este volumen no es, por consiguiente, un hecho fortuito, sino parte de una ética y una política cultural que es consustancial al ideario de la Revolución y que estimula, promueve y defiende los valores artísticos que seamos capaces de crear en cualquier lugar del mundo".

¿Dónde reposaba, despreocupadamente, esa consustancialidad de la ética y la política cultural cuando se perdió lo que de hace un tiempo a esta parte se viene rescatando con mano apresurada? Lo consustancial tiene un carácter permanente, integra el todo. ¿O es que la consustancialidad del ideario de la Revolución tiene un carácter variable? Claro que toda sustancia y consustancia es perfectible, pero no me pongan bálsamo donde había árnica, y donde, para algunos, todavía la hay.

En cuanto a que no es un hecho fortuito, es obvio, no puede serlo. Más que una casualidad es una necesidad defensiva frente al desenmascaramiento que han padecido esa ética y esa política cultural que ahora pretende presentarse como plural y acogedora después de más de tres décadas de estrechísimo calvinismo ¿O ya se olvidó aquello de: con la Revolución todo, fuera de la Revolución nada? Si la intención de la nueva política cultural fuera transparente verdaderamente, si la guiara la buena fe, no se pretenderían huecos en la memoria. El tren de los muertos en Macondo fue verdad, y aún quedan algunas ánimas en pena vagando por estos platanales.

Mas, si fuera menester agradecer el mendrugo, se agradece, pero no era necesario. La literatura producida en el exilio ya llega a su público natural por muchas vías y sin que la criben cuidadosamente para que la arena demasiado abrasiva no se escape por el tamiz. No es un acto de justicia publicar hoy a quienes, ayer no más, fueron obligados a partir y a quienes se les calificó de las más agrias maneras. Que la turbia política cultural cubana de hoy pretenda acoger en su regazo a los estigmatizados de ayer no supone ni por asomo que existe dentro de la cúpula de poder -aunque quizás sí entre los intermediarios- una noción clara de las atrocidades estéticas y humanas que cometieron y ahora tratan de restañar; no supone en ningún momento sinceridad. Ocurre que la fuerza, calidad, triunfos de la literatura cubana del exilio es innegable y que sería una vergüenza más no tomarla en cuenta. Esa es la verdadera razón de la actitud supuestamente tolerante de hoy; ésa es la verdadera razón para ese supuesto disfraz de apertura, pluralidad, hermandad que desean mostrar. Los que se fueron, y lo que se quedaron -aunque vivieron fuera- demostraron que eran verdaderos escritores, profundos humanistas; no permitieron otra alternativa que la de reconocer su valor. Reconocerlos hoy, reincorporarlos cuando nunca debieron ser separados -ni como seres ni como escritores- no es altruismo, es deuda.

Pero, ¿y las heridas? Las heridas no tienen precio.


Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.


[ TITULARES ] [ CENTRO ]

Noticias por e-mail

La Tienda - Libros , posters, camisetas, gorras

In Association with Amazon.com

Busque:


BUSQUEDA

Búsqueda avanzada


SECCIONES

NOTICIAS
Prensa Independiente
Prensa Internaional
Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
Inglés
Alemán
Francés

SOCIEDAD CIVIL
Introducción
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
MLC

DEL LECTOR
Cartas
Debate
Opinión

BUSQUEDAS
Archivos
Búsquedas
Documentos
Enlaces

CULTURA
El Niño del Pífano
Artes Plásticas
Fotos de Cuba

CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe Anual
Correo Eléctronico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887